Vendedor: Situación de Ventas - Vendedor

Se afirma que, una situación de ventas queda definida cuando hay tres elementos presentes: un vendedor, un producto que se ofrece y un cliente que supuestamente está interesado en comprarlo. En este artículo, hablaremos del primer elemento de la situación de ventas: El Vendedor.

“Sólo del orgullo nace la competencia”, decía el rey Salomón. El vendedor debe sentir orgullo de representar a su compañía, sus productos y servicios, como también orgullo de sí mismo, de sus capacidades. Sólo así logrará verdaderas ventas y grandes ingresos personales.

Los vendedores deben mantenerse en una constante actitud de reto, en relación con su comportamiento, su estilo de vender, los méritos de su producto y los servicios que les brinda a sus clientes; de lo contrario, no habrá ningún progreso y se ahogarán en su rutina desapareciendo del medio. Por tanto, deben mantenerse en permanente auto-examen, autocrítica y auto-desafío; descubriendo pronto dónde debe hacer correcciones o agregar algo. ¿Cuándo ha sido la última vez que se hizo este autoexamen? ¿No acostumbra?

Uno de los grandes errores más populares sobre el vendedor es creer que “el vendedor nace, no se hace”. Es nacido, porque todos somos vendedores; pero, “vendedor profesional”, eso no nace, sí se hace. Sólo existe una habilidad innata para superarse, si estamos dispuestos a hacer el respectivo esfuerzo. Las ventas comprometen a las personas en su totalidad. La maestría de la profesión puede obtenerse a través del aprendizaje, práctica y aplicación concienzuda.

Se ha pensado al revés porque la mayoría ingresa al mundo de las ventas sin ninguna o escasa preparación de lo que realmente es vender; ven a la profesión como en la que siempre “se puede caer” cuando las cosas andan mal en el mercado del trabajo. Algunos pocos logran el éxito, la gran mayoría fracasa. Sin embargo, este trabajo de vendedor requiere aptitudes considerables y fuerza personal en esos baches económicos.

Esas personas que fracasan en las ventas sostienen que “no nacieron para vendedores”. Esto proporciona una forma fácil de proteger el “ego”, que admitir francamente que se había esperado una tarea fácil y bien pagada. Hablando en forma objetiva, esas personas no respetaron su trabajo y ni siquiera se molestaron en prepararse para él. La inversión personal en tiempo, energía, talento, dinero, y otros recursos es considerable para llegar a ser un vendedor profesional de altos ingresos, al igual que en cualquier otra profesión.

El vendedor siempre debe mantener una actitud positiva y optimista hacia su profesión y sus clientes. El vendedor que triunfa, opera guiado con una serie de fundamentos y principios que, está convencido, contribuyen a su éxito.

Los clientes desean capacidad, servicio y seguimiento. Ya no quieren oír chistes, ni que le apliquen la “técnica del misil”; exigen un profesional porque se han vuelto profesionales comprando. Los clientes siempre están esperando de estos vendedores ideas nuevas, que puedan producir grandes beneficios para él y su compañía. Un profesional de las ventas bien entrenado y alerta, siempre debe tratar de que el comprador de su producto quede bien.

Recuerde lo que se dijo en la “Ley del Rendimiento en Ventas”, el vendedor debe practicar el aprendizaje permanente, ser innovador, concentrarse en los resultados que de él se esperan, ser responsable de su propia formación dando todo de sí. En otras palabras, debe estar al tanto de las actuales herramientas de gestión que está utilizando, probablemente, ya su empresa. No debe pensar que su labor es muy independiente de los retos que se plantea su empresa.

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