La gestión de ventas y el sistema comercial
El sistema de comercialización en su conjunto de nuestra empresa, puede
ser considerado un proceso de comunicación. Todo proceso de comunicación parte
de un emisor (empresa) que envía un mensaje a un receptor (compradores) con la
intención de modificar su conducta, en el sentido de aceptar la oferta que la empresa
le está haciendo. El mensaje es enviado a través de un canal. ¿Cómo se
desarrolla este proceso y qué papel juega la gestión de ventas dentro de él?
La empresa (emisor) se plantea objetivos comerciales que consiste en una
porción de la demanda que ha sido previamente identificada mediante una
investigación o estudio de mercado, y calculada mediante el análisis exhaustivo
de los datos así obtenidos. Pero, no sólo es el volumen de ventas (unidades) lo
que le interesa a la empresa; es también la rentabilidad (utilidades) que representa
este volumen de ventas. El asunto siempre será lograr ventas rentables.
Establecida la porción de demanda y rentabilidad que se desea alcanzar,
la empresa toma una serie de decisiones comerciales que le permitan lograr los
objetivos planteados. Estas decisiones se toman con la información que se tiene
sobre las decisiones y actitudes de los compradores antes de disponerse a
comprar. Dicho de otra manera, los consumidores también siguen un proceso de
decisión de compra que, el ejecutivo de ventas y sus vendedores deben conocer
en profundidad, no superficialmente.
Este conjunto de decisiones comerciales toman forma en lo que es
conocido como la mezcla de comercialización o las famosas 4 P, dentro de las que
consideraremos: producto, precio, publicidad, fuerza
de ventas, canales de distribución, y otras más que se adecúen a las
capacidades propias de cierta empresa en particular, en determinado sector.
La empresa se comunica con los consumidores mediante la emisión de “signos”
(mensaje) que pueden modificar o no las actitudes de los potenciales compradores,
quienes decidirán comprar o no los productos que la empresa ofrece en el
mercado. Los signos que emite la empresa, se pueden clasificar en dos tipos
principales:
·
El producto o
servicio ofrecido, que viene a ser el “signo objeto” o principal.
· Los símbolos
restantes o complementarios de la mezcla de comercialización: precio,
publicidad, fuerza de ventas, canales de distribución, etc.
Dichos signos son los insumos que utiliza la empresa en el “proceso” de
decisiones de comercialización para comunicarse con el mercado objetivo,
elegido por la empresa. El “proceso” involucra “mezclar” los signos en
determinadas proporciones, de cantidad y calidad, a fin de lograr utilidades,
es decir, ventas rentables.
En la medida que la mezcla haya sido elaborada desde la óptica de los
consumidores, las probabilidades de obtener éxito son mayores que, si se ha
elaborado desde la óptica de los intereses exclusivos de la empresa.
Dentro de este esquema comercial, el éxito del equipo de ventas también
dependerá de, qué tan bien la mezcla de comercialización representa las reales
necesidades de los consumidores. El ejecutivo de ventas debe hacer todos los
esfuerzos posibles para que él y los vendedores logren conocer y entender el
espíritu de la mezcla comercial, para que actúen sujetos a la estrategia comercial con
la que se está comunicando la empresa.
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