Las decisiones comerciales y las acciones de ventas
Las decisiones comerciales, en algunos casos, pueden o no tener una
dimensión financiera; estas decisiones que se toman, pueden ser
conceptualizadas de distintas maneras, según la forma de plantear los objetivos
de la empresa. Pero, en ningún caso, se deja totalmente de lado la dimensión
financiera, por lo que el flujo de dinero que genera la empresa significa. Ahora, bien, cualquiera sea la decisión
tomada, la fuerza de ventas está involucrada totalmente en su forma de
accionar, o rol a jugar. Las conceptualizaciones pueden ser:
En la primera conceptualización, el objetivo de la empresa puede ser
maximizar utilidades (se prioriza la rentabilidad). Las utilidades son iguales
a diferencia entre ingresos totales, y costos totales. Los ingresos totales son
iguales al precio, multiplicado por las unidades vendidas. A su vez, las ventas
son una función del cambio de actitudes y aprendizaje de los compradores. Estos
cambios de actitudes se producen en función de la mezcla comercial compuesta de
productos o servicios (signo objeto o principal) y los símbolos restantes o complementarios,
entre los que se encuentra el precio. Los costos totales, a su vez, son una
función de la magnitud de las ventas, y los signos y símbolos de la mezcla
comercial. Las restricciones, en esta situación, serían: el ingreso por ventas
y las unidades o volumen de ventas. Se dirá, entonces, maximizar las
utilidades, sujeto a: un mínimo nivel de ingresos por ventas, y un mínimo de
unidades vendidas.
La segunda conceptualización podría ser aquella en que la empresa desea
maximizar ingresos por ventas (se prioriza la liquidez para estar siempre en
capacidad de cubrir obligaciones), pero al mismo tiempo tener un nivel
aceptable de utilidades (un mínimo de retorno sobre la inversión) y un mínimo
de unidades vendidas. En esta situación, las restricciones son, a saber, un
nivel aceptable de utilidad y un mínimo de unidades vendidas.
La tercera conceptualización estaría representada por aquella en que la
empresa desea maximizar las unidades a ser vendidas, en la que se prioriza la
participación porcentual de mercado, por considerarla de suma importancia, en
cuanto a la imagen de “liderazgo” que quiere lograrse o mantenerse. En esta
tercera situación, las restricciones a ser consideradas son: un mínimo de ingreso
por ventas y un mínimo de utilidades; las unidades a ser
vendidas, deben estar sujetas a: cierto ingreso por ventas y un mínimo de utilidades.
En los tres casos, la empresa debe considerar las interdependencias
entre los distintos productos o servicios (quizás agrupados en líneas de
productos) que ofrece si es una empresa multiproductora.
A su vez, para ciertas variables o signos de comercialización, el tiempo
es un ingrediente importante en el cambio de actitudes de los compradores; por
ejemplo, la publicidad ejerce influencia en los potenciales clientes no sólo en
el momento de hacer impacto en éstos, sino durante un período de tiempo más o
menos prolongado. La fuerza de ventas, que también es parte de las comunicaciones
de la empresa (comunicación cara a cara), debe tener conciencia de su rol en la
mezcla comercial, por la sencilla razón que, es mediante su forma de hacer presentación
o demostración de los productos que logrará, o no, los resultados que se
esperan de su actividad específica. En este análisis se ha dejado de lado a la
competencia formada por otras empresas que también envían signos al mercado y
buscan lograr objetivos de utilidad, ingreso o volumen; no descuidarla.
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