¿En qué consiste realmente la actividad de ventas?
Hace algún tiempo, ya he escrito sobre este
asunto; pero hay avances de la psicología que no pueden dejarse de lado, por el
contrario, deben tomarse en cuenta, que dan nuevas luces sobre la definición de
la misma y de, cómo se puede llegar a ser un vendedor profesional. La revisión
de la definición de ventas tiene que hacerse sin abolir lo que debe mantenerse,
y sin conservar lo que debe desecharse.
La venta, como cualquier otra actividad, debe
aprenderse y puede aprenderse. La segunda lección importante es que no existe
la “personalidad para las ventas”, ni los rasgos del vendedor de éxito. Los
requerimientos para convertirse en un vendedor profesional están relacionados
con la voluntad y la imaginación; ambas están al alcance de la mayoría de las
personas.
Aprender a vender puede ser una de las
grandes experiencias de la vida. Pero, no es la vieja experiencia que, se creía,
consistía en la mayor cantidad de años haciendo lo mismo. Hoy, está demostrado que,
se gana verdadera experiencia como consecuencia de asumir, cada vez, más y
mayores responsabilidades, ante los clientes, nuestra empresa y nosotros mismos.
¿Cómo, entonces, una persona ordinaria puede
convertirse en un vendedor profesional de resultados extraordinarios? En primer
lugar, la venta tiene mucho que ver con la inteligencia emocional,
principalmente con la capacidad llamada empatía: capacidad para comprender por
qué piensa y siente la gente de cierta manera; esto sólo se puede lograr
prestando mucha atención a cada una de las personas, lo cual no significa a “toda
la gente”, en otras palabras, cada persona debe ser tomada en consideración,
aunque solo sea por uno o dos segundos. Esto, definitivamente, tiene mucha
relación con la vocación de servir a los demás, sin esperar nada a cambio.
La venta es un proceso que, consiste en identificar
la necesidad o problema del cliente y disponernos a darle satisfacción o
solución. Si es un proceso, está conformada por una serie de actividades o
pasos que se tienen que dar, siguiendo cierta secuencia lógica; esta “secuencia
lógica”, viene a ser un orden que debe mantenerse durante la ejecución de la
labor de ventas. Todo se consigue a través de un orden, no fuera de él.
En la mente de cada persona hay una conciencia
de necesidades y deseos. Pueden no estar completamente claros. Sin embargo,
existen.
Cada producto, que conforma la oferta que
ofrece el vendedor, tiene valor para alguno, no para todos. EL valor no está en
el producto en sí. Está en la mente de la persona que lo necesita. El trabajo
de los vendedores es ayudar a identificar claramente ese valor. Es recién
cuando vendedor y cliente pueden conjuntarse.
Lo que realmente se “vende” es el valor del
producto para el cliente. Tratar de persuadir al cliente que algo tiene valor
para él cuando realmente no lo tiene, no nos hace vivos, ni pícaros, ni astutos;
nos hace más imbéciles. ¿Por qué? Porque, tarde o temprano el cliente se dará
cuenta del engaño, nos reclamará, no le daremos cara para atender su reclamo y
dejará de comprarnos para siempre. Por nuestra “gran hazaña”, nuestra empresa
se perjudicará doblemente: perdió un cliente valioso y se puso por los suelos
la imagen de nuestra empresa, gracias a la mal entendida definición de lo que
es la labor de ventas. ¿Quiere llegar a ser un profesional en ventas? Nunca cometa
esta estupidez.
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