¿Cuándo un vendedor es eficaz?
Konosoke Matsushita, creador de las marcas National
y Panasonic, en su libro “Claves de un buen gerente”, dice: “Estoy convencido
de que sólo cuando a uno le gusta lo que está haciendo, puede hacer un buen
trabajo… Si a alguien no le gusta pintar”, no será buen pintor por mucho que lo
intente. Ama tu trabajo y triunfarás.” No basta decir que, nos gusta vender; si
de verdad no lo sentimos, nunca triunfaremos en esta noble labor.
La venta, antes que persuasión es auto-motivación;
la venta como profesión, tiene que gustarnos, es necesario tener ganas de ser
vendedor; debe gustarnos el asumir retos de manera permanente. No hay una
solución “intravenosa” para lograrlo.
Pero, no caigamos en el error de
preguntarnos, qué es un vendedor, ni cuáles son las cualidades personales de un
vendedor de éxito. La pregunta correcta es, ¿qué hacen los vendedores de éxito?
Se han podido identificar ciertas prácticas en estos vendedores que, pueden
ubicarse en dos clases: hacen cosas que los demás vendedores no hacen; y, han
dejado de hacer cosas que los demás vendedores insisten en seguir haciendo.
En primer lugar, puesto que reconocen el
cambio como algo constante en los fenómenos comerciales, han adquirido el
hábito de hacer siempre mejor las cosas. Esta actitud está asociada con el
hecho de considerarse a sí mismos sujetos responsables de su propia formación;
entienden que, es el único camino de lograr la excelencia si de verdad nos
interesa.
Segundo, destaca las realizaciones y logros
que se esperan de su labor como vendedor; están centrados en los objetivos o
metas planteadas. Cuando se les presenta un obstáculo, no se zambullen en él
con todas sus fuerzas y de manera ciega y obstinada, sino levantan la mirada
hacia el objetivo que conducen todas sus acciones y, definen así la forma de
enfrentar el obstáculo o solucionar algún problema.
Tercero, piensan en el aspecto cualitativo de
su trabajo, antes que en el cuantitativo Tienen muy en claro que, problemas de
índole cualitativa, como el estar actuando contrariando algún principio de las
ventas, no se puede resolver con principios de cantidad, es decir, brindar más
descuentos, hacer más visitas, trabajar más horas, hablar más, etc.
Cuarto, dan importancia al aporte que pueden
hacer a los resultados económicos de su empresa, y al proceso que siguen para
conseguirlo. De esta manera, están revisando permanentemente sus capacidades o lo que le llaman competencias (conocimientos,
habilidades y actitudes) para estar seguros de poder responsabilizarse de su
aporte, obligándose a sí mismo a hacer las cosas cada vez mejor.
Quinto, asociado con el punto anterior,
contribuyen a que su empresa asuma el liderazgo en su actividad comercial.
Luego de pensar en el aporte que deben hacer, se lanzan en la práctica a concretarlo.
No pierden tiempo señalando con el dedo lo que está mal y lo que hay que hacer.
Sencillamente, lo hacen, actúan en correspondencia con sus principios y valores
personales.
Eso que muchos vendedores acostumbran llamar
estrés, lo define así, K. Matsushita: “El estrés es frecuentemente el resultado
de una actitud pasiva o negativa respecto al trabajo.” En las ventas, no
podemos tener esa actitud.
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