La presentación de ventas y la obra literaria
Es bastante conocida la técnica que usan los
literatos, principalmente los novelistas, para perfilar a su personaje
principal, como la madre en el caso del ruso Máximo Gorki, o su tema central,
el vagabundo, en el caso del español Pio Baroja.
La técnica es sencilla, lógica y tiene mucho
de sentido común, además de buen sentido. Por ejemplo, en el caso de Gorki, con
su obra La Madre, su trabajo consistió en observar a cuantas madres se podía,
preferiblemente, de distintos países. De esta manera, el autor se asegura de
que, cuando la obra la lee alguien de un país distinto al del escritor, aquel
ve descrita a su propia madre; es decir, cualquiera que lea la obra, se
identifica emocional y afectivamente con ella porque ve a esa madre que tuvo a
su lado desde muy niño.
Igual ocurre cuando Pio Baroja habla del
vagabundo. O, también lo que hizo Cervantes Saavedra, con Don Quijote, al
hablar del hombre idealista y el hombre práctico. Quien ha leído u ojeado esta
obra se ve atraído porque uno se ve en ella descrito con tal exactitud que
llega a preguntarse: ¿cómo hizo Cervantes para conocerme desde la antigüedad?
La identificación, entonces, con cualquier
obra universal se da como consecuencia que, el autor ha sabido interpretar a
sus personajes dándole características que también las tiene el mismo personaje
en distintos países del mundo; es por eso que la obra se vuelve “universal y de
todos los tiempos”.
¿Cómo se da la identificación de un cliente
con la demostración de producto que le está haciendo un vendedor? ¿Qué tiene
que ver la literatura con lo comercial? Así como los novelistas describen, por
ejemplo, a una madre como lo hizo Gorki de tal forma que todos ven en esa
descripción a la suya, igualmente debemos hacerlo con la descripción de los
productos y servicios que ofrecemos, en relación con las necesidades, problemas,
dificultades, descontentos e incomodidades que viven los clientes.
Los clientes no podrán identificarse con
nuestra presentación o demostración, de productos o servicio, hecha a base de
características técnicas que ellos no encuentran relación con su situación de
insatisfacción. Las características técnicas son inertes, no le dicen nada al
cliente, peor aún si son presentadas con un lenguaje sofisticado y
especializado que no entienden.
Haciendo uso de ventajas durante la
presentación o demostración, se ha avanzado un poco, pero no tanto que impulse
al cliente a tomar la decisión de compra. La ventaja ya menciona cómo funciona,
para qué sirve, cómo lo puede usar el cliente.
Los clientes tienen muchas dificultades para
identificarse con presentaciones o demostraciones hechas por los vendedores a
base de soluciones o respuestas técnicas, puesto que no tienen conocimiento de
ellas, sino de los problemas que viven.
Si cuando nos quieren regalar algo que nos
interesa y gusta, no lo aceptamos porque nos crearía un costo que no estamos en
capacidad de asumir (mantenerlo, limpiarlo, alimentarlo, etc.); con mayor razón
no aceptamos lo que nos quieren vender que no nos resuelve ningún problema
¿Usted paga por algo que no le significa valor percibido? Mientras el cliente
no identifique o perciba valor en el producto que justifique su precio, no lo
comprará, ni lo aceptará como regalo, si le va a crear un costo. Revise cómo
elabora usted sus presentaciones de venta, ¿se identifican los clientes con su
oferta?
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