Paradigmas en vendedeores
Selección y Capacitación. Cuando las empresas se percatan que,
necesitan contratar nuevos vendedores, pueden optar por dos opuestos caminos:
a) Contratar personas “baratas”, b) Contratar personas de mediana remuneración
para arriba. Pero, ya sea lo uno o lo otro que decidan, no es fácil ejecutar
exitosamente, en el cien por ciento de las veces, el reclutamiento y la
selección de vendedores que luego destaquen como se espera. Algunas empresas
consideran que, si se equivocaron en la selección, pueden subsanarlo con la
inversión que se haga en capacitarlos.
Creer
que la inversión en capacitación, puede corregir el problema que se creó en la
pésima selección de vendedores, es muy común en las empresas que no invierten
lo mínimo necesario en esta función; pero incurren en un craso error. Lo peor
es que, cuando se deciden por capacitarlos, se opta por darles cursos “enlatados” a los vendedores;
cuando en realidad lo que se debe hacer es partir de las reales necesidades de
capacitación.
Desempeño y Sistema de
Incentivos. Hay
empresas cuyos vendedores se quejan de que, "no hay un sistema de incentivos, por
eso no vendemos lo que se debe", dicen. Pero, resulta que, algunos ejecutivos
de ventas coinciden con esta creencia, y se concentran en formular un sistema
de incentivos que de verdad “motive” a los vendedores a incrementar su
producción. Pareciera que vendedores y ejecutivos coincidieran, sin mala
intención, en el error; lo que ocurre es que, puesto que no se desea descubrir
la verdadera causa del bajo rendimiento, se opta por lo más cómodo, por lo que
nos deja intactos luego de comprobar nuestro pésimo desempeño.
Creer
que los incentivos crean vendedores, es una falacia; deja de lado que, si no están
auto-motivados, los incentivos no ayudan en nada. Los incentivos no crean
vendedores, sino premian sustancialmente a los que ya lo son, y que están auto-motivados.
Pero, también cabe aclarar que, si bien los incentivos no motivan, su
ausencias, que deja relucir una baja remuneración, desmotivan.
Motivación y
Auto-motivación. Es
una vieja historia eso de que alguien nos puede motivar y, por lo tanto, los
vendedores piden, y a veces exigen, una “charla motivacional”; es más, le dicen
a sus respectivos jefes: “lo que pasa es que tú no nos motivas”. Entonces, el
ejecutivo de ventas, o el de recursos humanos, contrata a un “motivador” para
potenciar a los vendedores que están medio dormidos, por no decir aburridos.
Más bien, debe tomarse como una oportunidad para cerciorarse si no se han
equivocado con la gente que han seleccionado; lo más probable es que en ese
momento los vendedores “aburridos” se hayan dado cuenta que no les gusta la
actividad de ventas; pero, “qué se hace, se necesita comer”, dicen.
Creer
que, nos pueden motivar, ya sea el jefe o un personaje externo como un
psicólogo, es negar la naturaleza inherente de la motivación: es algo interno,
estoy o no estoy motivado. Detrás de toda motivación hay una necesidad, cuya
satisfacción la expresamos como objetivo personal. Un vendedor está motivado
para la empresa que trabaja, cuando su objetivo individual coincide con el
objetivo de su empresa. No hay gente desmotivada en sí, cada uno tiene su
propia motivación; sólo hay vendedores que no están motivados en relación a la
empresa para la cual trabajan. Entonces, es un asunto de auto-motivación, el
vendedor debe hacer coincidir su objetivo individual con el de su empresa, pero
no forzarlo, sino entenderlo y comprometerse. ¿Cuál es tu situación?
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