Pero, ¿a quién le pretende vender usted?
Hace
poco, estuve asesorando a una cooperativa de crédito, exactamente, en su
gerencia de operaciones, que viene a ser el equivalente a la gerencia de ventas
de una empresa de productos de consumo masivo. La función del área de
operaciones de la cooperativa consiste en captar nuevos socios para que adquieran
préstamos y, también, lograr colocar nuevos préstamos a los socios actuales.
Quienes
se encargan de las captaciones de nuevos socios y las colocaciones de
préstamos, son las Asesoras Comerciales, quienes hacen el trabajo equivalente a
un vendedor típico. La diferencia está en que, las asesoras venden un
intangible (servicio de préstamo); y sabemos bien que, la venta de un servicio
consiste en una “promesa” que se le hace al prospecto, que con el tiempo éste
comprobará si se cumple o no.
Como
se ha podido notar, son damas quienes se encargan de la labor “vendedora” de la
cooperativa; lo que explica esta conformación exclusivamente por damas es que,
existe mayor disposición a escuchar a una dama, que a un varón, cuando uno es
abordado intempestivamente. Inmediatamente luego de ser abordado un “no socio”
por una asesora, ésta le informa sobre los beneficios que le brinda estar
asociado a una cooperativa y las modalidades y montos de préstamos a los que
puede acceder.
Ellas
tienen un conocimiento técnico del “producto”, en lo que concierne a tasas,
montos de préstamos a los que pueden acceder según los ingresos mensuales del
socio, tasa de interés, etc.
Lo
que pude observar, luego de acompañar a varias de las asesoras, para observar
cómo llevaban a cabo su trabajo es que, cuando el no socio les respondía
negativamente porque lo que le ofrecían
los bancos era mejor en cuanto a monto de préstamos y tasa de interés se
refiere, las asesoras no sabían manejar esta situación, causándoles a algunas
cierta frustración y a otras excusas por las cuales no podía captar socios ni colocar
préstamos.
En
reuniones de capacitación periódicas que tuve con ellas, se le hizo ver que
tenían que distinguir a quién se dirigía la cooperativa y a quiénes los bancos.
La cooperativa le “vende” la idea del préstamo a un socio, es decir, a una persona
que se ha constituido en “uno de los dueños” de la cooperativa. Los bancos se
dirigen a “clientes potenciales” que, en algunos casos son considerados por
aquellos simplemente como un “número”, una fuente de hacer ganancias; si no
pagas las cuotas pactadas con el banco, éste puede hacerte una medida cautelar,
lo que jamás ocurrirá con la cooperativa de la que eres socio. El simple hecho
de tomar consciencia de la diferencia, hizo que las asesoras incrementaran su
productividad.
Si
el vendedor no tiene idea de a quién tiene como probable consumidor de su
producto, no sabrá cómo demostrárselo o presentárselo de manera atractiva. Es
de vital importancia para lograr verdadera efectividad en ventas saber, ¿a qué
segmento de mercado se dirige nuestra empresa?, y, ¿quién es un verdadero consumidor
potencial? Los supuestos beneficios de nuestro producto sólo adquieren sentido
cuando el vendedor ha identificado la real necesidad o verdadero problema del
prospecto; de lo contrario, no podrá hablar de beneficios, es decir, aquel no
logrará percibir valor en lo que se le está ofreciendo. Esto también fue
corregido por las asesoras: aprender a identificar primero la necesidad del no
socio y, luego, a relacionar el préstamos con la necesidad. ¿A quién tiene usted
delante?
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