El vendedor dentro de la jungla del mercado
¿Cuánto
tiempo tienes trabajando como vendedor? Cuando empezaste, ¿recibiste alguna formación
al respecto? ¿Acostumbras capacitarte, es decir, actualizarte en ventas?
El
domingo pasado inicié una capacitación a un grupo de vendedores de máquinas
para el sector confecciones, en el emporio Gamarra, conocido como el centro
comercial más grande de Lima. En la capacitación participaba un vendedor
invitado, que pensaba incursionar en este mundo de las máquinas para
confecciones; actualmente se dedica a la venta de artículos de escritorio.
Luego
de la explicación de lo que es un mercado, su composición, las fuerzas que en
él operan, las tendencias que empiezan a manifestarse, etc., pasamos a un
descanso y tomar un refresco. Durante el descanso este vendedor invitado, muy
honesto, me dijo que, ya tenía tres años en el mundo de las ventas y que era la
primera vez que participaba en una capacitación sobre ventas, y que recién
escuchaba la definición de un mercado y el impacto que había ocasionado en él.
Como si se le hubiesen aclarado muchas cosas y levantado muchas
indeterminaciones que vivió desde que empezó a trabajar en ventas. ¡Imagínense
cómo se desempeñaba y qué lograba!
Cuando
una persona empieza a trabajar en el mundo de las ventas, generando
transacciones comerciales, se le llama vendedor; él también se llama a sí mismo
“yo soy vendedor”, cuando se le pregunta a qué se dedica. La pregunta que
inmediatamente viene a nuestra mente es, ¿qué tipo de “vendedor” es esta
persona que tenemos aquí delante? ¿Es empírico o profesional, es decir, ha
recibido desde su inicio formación en ventas, o nunca como este vendedor
“invitado”?
Ante
el vendedor aparece un tejido complejo de fenómenos comerciales. El vendedor
empírico, espontáneo, intuitivo, se confunde y extravía entre la ocurrencia de
dichos fenómenos del mercado. Se guiará por las ideas y creencias que tenga al
respecto para lograr resultados; las frustraciones empezarán a mostrarse en la
medida que sus ideas y creencias no le ayuden en nada a lograr su objetivo; pero
lo más probable es que insistirá incrementando mayor tiempo y esfuerzo para
lograr su cometido. Ve el mercado como una jungla salvaje, en la que saldrá
ganando “el más fuerte”. Pero, desde su óptica, ¿qué es el más fuerte? Quizás
piense: “el fin justifica los medios”
Por
el contrario, el vendedor consciente, profesional, el que ha recibido formación
en sus inicios, y ya en las ventas también capacitación, se eleva por encima de
los empíricos. Su ventaja radica en que, tiene visión de conjunto del mercado, usa
un enfoque sistémico para operar en éste; entiende cada uno de los factores que
intervienen en el mercado, las relaciones e influencias recíprocas que hay
entre ellos. Así es como diseña su presentación o demostración de producto,
basándose en estos conocimientos, obtenidos luego de un diagnóstico que hace de
manera permanente.
El
mayor conocimiento de principios y fundamentos de ventas son fases de esta
elevación profesional; el profesional tiene muy claro que, los principios son
eternos, no cambian, se aplican a todo tipo de ventas, en el mercado de
cualquier país o empresa. Los fundamentos explican lo que tiene que hacerse en
cada tipo de ventas, en cada etapa o actividad del proceso de ventas, o en las
distintas situaciones que le toque enfrentar; los fundamentos pueden cambiar
porque son temporales; por eso deben revisarse cada cierto tiempo para ver si
es necesario reemplazarlos. ¿Cuándo ha sido la última vez que has hecho esa revisión?
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