Cuatro errores comunes en gestión de ventas
La nueva “naturaleza” que muestran los
mercados (inestables, complejos, turbulentos y altamente competitivos) inducen
a los ejecutivos de ventas a mostrar rápidamente resultados; de esta manera,
consideran ellos, dan señales que se encuentran en control de la situación, a
pesar de las grandes dificultades que se están presentando y que han tenido que
enfrentar. ¿Le es esto familiar? Sí, ¿verdad?
Cuando se analiza el desempeño de ejecutivos
de ventas exitosos se observa en ellos una contribución significativa en un
período relativamente corto; pero, también se descubre que, muchos de ellos, no
supieron evitar caer, porque no
prestaron la debida atención, en cuatro errores muy comunes en la gestión de
ventas.
1. Perder la visión del conjunto. Es muy
común, en muchos ejecutivos de ventas, distraerse demasiado en los detalles,
perderse dentro de los árboles y no lograr ver el bosque, menos comprender su
naturaleza; el cortoplacismo, la rutina y correr detrás de lo urgente juega
aquí un papel conspirador. No saber en qué negocio está la empresa (qué fabrica
y qué vende) complica las cosas al ejecutivo por cuanto no hay claridad de qué
se hace y por qué se hacen ciertas cosas. Dicho de una manera “naval”, el
ejecutivo no tiene idea de qué puerto está partiendo, qué rumbo debe seguir, a
qué velocidad debe hacerlo y a qué puerto debe llegar. Aunque parezca mentira,
pero aún abundan estos ejecutivos de ventas.
2. Reacción negativa a las críticas que reciben
desde arriba y sus pares. No existe hombre de empresa ni ejecutivo de ventas
que lo sepa todo, y si lo sabe, no lo sabe en la profundidad que se necesita
conocer para lograr los objetivos comerciales de la empresa. Es necesario
escuchar las opiniones, mejor contrapuestas, de los demás, tanto de nuestros
colaboradores, pares y del jefe inmediato superior; nos permitirá desarrollar
una mejor visión de la situación del mercado en su conjunto. Aquí, el ego nos
juega una mala pasada, haciendo que nos encerremos en nuestra propia forma de
ver las cosas, negando lo que otros están mirando desde otros ángulos. ¿Qué
logramos con esta actitud? Cubrir nuestro ego a un costo muy alto para la
empresa.
3. Abusar de la posición ejecutiva de
supervisor, jefe o gerente. Si se sigue pensando en que la labor ejecutiva
consiste en “mando y control”, nos estrellaremos con una realidad que a gritos
nos pide que abandonemos ese enfoque. Ya no se necesitan jefes, se necesitan
líderes en la labor ejecutiva de ventas; es decir, se requiere de ejecutivos
que orienten, guíen, enseñen, apoyen, faciliten información, que sepan inculcar
valores y desarrollar a sus vendedores personal y profesionalmente; eso de
intimidar a la gente, sólo nos trae problemas de frustración y parálisis en los
vendedores. Ejecutivo de ventas que intimida no logra crear el ambiente
necesario para que fluyan las nuevas ideas.
4. Sacar conclusiones en base a prejuicios,
en vez de usar variables. Es una práctica muy común en ejecutivos inseguros que
no quieren mostrar que no saben o su falta de conocimiento. Se lanzan a tomar
decisiones sin haber tomado en cuenta todas las variables que podrían afectar
el éxito de la estrategia escogida. Y, esto ocurre porque pretenden obtener
resultados rápidos, dejando de analizar circunstancias que de todas maneras
perjudicarán seriamente el plan. Por ejemplo, elaboran planes sin antes haber
hecho un diagnóstico o análisis de la situación; definitivamente, esta estrategia
y el plan de actividades inherente, fracasará porque no corresponde a la
realidad del mercado.
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