Urgencia o anticipación en la gestión de ventas
“Cuando algo ha llegado a convertirse en
urgente, ya es demasiado tarde” (Talleyrand)
A nivel del equipo de ventas, si las ventas
se mantienen estáticas o, peor aun, decrecen, esto debe considerarse como una
oportunidad de revisar los fundamentos en que se basa el accionar del equipo y,
quizá, conversar con el jefe inmediato superior para revisar los fundamentos de
hacer negocio de la empresa.
Prepararse para afrontar estas situaciones
adversas, puede ser la clave para salir airoso, en un mercado cada vez más
competitivo. La sentencia de Talleyrand es clarísima: es necesario anticiparse
a los eventos negativos o amenazas que, de todas maneras, se presentarán en el
sector en el que operamos, de lo contrario es una muestra de negligencia. Es
obvio que, el grado de amenaza planteado, depende de la capacidad gerencial o
de gestión que tenga el ejecutivo a cargo del equipo de ventas.
Para anticiparse y elaborar respuestas a las
situaciones adversas, primero hay que identificar las probables causas para
luego reorganizar el equipo, si es necesario, diseñando escenarios posibles y
métodos para enfrentarlas. Hay seis probables causas que pueden influir en el
estancamiento o decrecimiento de nuestras ventas.
1. Situación
económica del país.
Si en la economía en su conjunto empieza a declinar la tasa de su crecimiento,
es probable que nos afecte también por cuanto no podemos escapar al influjo de
la situación del país. Por eso, es importante identificar con qué sectores de
la economía está más directamente relacionada el desempeño de nuestra empresa.
2. Actividad
de la competencia.
Competidores que muestran mayor flexibilidad, velocidad y uso de la
inteligencia para hacer cambios exigidos por el mercado, que se muestran más
innovadores en cuanto a lanzar con mayor frecuencia que la nuestra nuevos
productos. Es conveniente saber qué tan conservadores o innovadores somos en la
práctica, no de enunciados de fin de año.
3. Cambios
en los hábitos de compra y consumo de los clientes. Dejaron de visitar
los canales tradicionales de distribución, desplazándose a otros más eficientes
y cercanos; ya no usan el producto que durante mucho tiempo consumieron, o
disminuyeron la cantidad que usaban; lo han reemplazado, en parte, por un
sustituto.
4. Desfase
de la organización del equipo. El equipo de ventas mantiene una estructura
y tamaño que ya no corresponde a la naturaleza de los mercados que atiende la
empresa. Su actividad se muestra desligada de las otras áreas de la empresa,
por ciertos conflictos que se mantienen desde hace buen tiempo.
5. Gestión
de ventas errada.
El ejecutivo de ventas a cargo, no tiene claramente definido lo que debe
hacerse, es cortoplacista, no hace nada por desarrollar a sus vendedores, ni
ejecuta a diario acciones que construyan futuro. Manda y controla, al viejo
estilo.
6. Competencias
de los vendedores.
Los integrantes del equipo de ventas, no han sido bien informados sobre lo que
debe hacerse; tampoco saben cómo hacerlo; su actuación se basa en la actividad
física, más que en el uso de la inteligencia. Poseen nulo conocimiento de los
principios y fundamentos de las ventas; reina el empirismo.
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