¿Qué le exige hoy la realidad a un vendedor?
Bill
Gates, en su famoso libro “Los negocios en la era digital” (1999), en la introducción
dice lo siguiente: “Si los años ochenta fueron el decenio de la calidad y el de
los noventa el de la reingeniería de procesos, el primero de los 2000 será el
de la velocidad. De la rapidez con que
cambiará la naturaleza de las empresas. De la rapidez con que se desarrollarán
las transacciones. De cómo el acceso a la información cambiará el estilo de
vida de los consumidores y las expectativas planteadas a las empresas.”
Para
el caso de las ventas, éstas no estarán exentas de las influencias que esta
nueva situación les cause: la velocidad, la rapidez; pero, esto es consecuencia
de las dos etapas anteriores: la calidad y la reingeniería.
La
gran mayoría de las personas que ingresan a trabajar como vendedores, empiezan
sin ninguna formación al respecto; lo hacen de manera empírica, lo que significa
practicar la actividad de ventas de manera espontánea, guiados básicamente por
las ideas, paradigmas y creencias adquiridas sin un mínimo de análisis y
reflexión. Pero el mercado, actualmente, ya les exige velocidad, rapidez para
cambiar y atender las nuevas exigencias antes que lo haga la competencia.
Adquirir velocidad y rapidez sin haber tenido consciencia antes de la calidad y
la reingeniería, lo hace un poco difícil.
Estas
personas, pueden lograr ser productivas en esta actividad después de un corto
entrenamiento, asistiendo a cursos donde adquieran el concepto de la calidad y
la orientación hacia los procesos que exige la reingeniería. Esta preparación
debe asegurar que estas personas asistan con el deseo de aprender, para
realizar bien una labor como trabajadores mentales: van a realizar un trabajo
de conocimiento, basado en el acceso a mayor cantidad de información.
La
actividad de ventas actual ya no consiste en una gran cantidad de despliegue
físico: más horas de trabajo, más visitas diarias, más vendedores, más
publicidad de apoyo, otorgar más descuentos, sino en aplicar conocimiento (inteligencia)
a la labor de ventas. Hay que aplicar conocimiento, imaginación e inteligencia
a la labor de prospección, a la elaboración de la presentación o demostración
de producto/servicio, al proceso de ventas que se sigue, al análisis y
clasificación de cartera de clientes, a
la planificación y programación de las actividades, a la forma de abordar los
distintos territorios, etc.
Los
vendedores de hoy, no sólo necesitan habilidad y actitud, también necesitan un
alto grado de conocimiento formal, y, sobre todo, gran capacidad de aprender y
adquirir conocimiento adicional; tienen que ser personas con un caudal
considerable de nuevos conocimientos y capacidad de aprendizaje continuo. La pereza
mental, será un obstáculo.
En
la venta competitiva de hoy el trabajo lo harán en su mayor parte vendedores con
mucho conocimiento: de su empresa, productos, clientes, competencia y mercados;
como también de otras disciplinas conexas o complementarias a las ventas como
la psicología y la estadística, por ejemplo.
El
vendedor de gran cantidad de despliegue de esfuerzo físico, por barato que sea,
no podrá competir con el trabajo del vendedor de conocimiento, que sabe manejar
mucha información, por caro que sea. El conocimiento ha pasado a ser el recurso
clave para todo trabajo, incluida la actividad de ventas. Entonces, el vendedor
necesita cultivar su mente.
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