¿Cómo se puede cambiar la forma de vender?
Como
vendedor, ¿qué ideas tiene usted sobre la disposición del cliente ante sus
actitudes por venderle ejerciendo algo de presión? ¿Le interesa al cliente que
le quieran vender sólo una cierta cantidad de productos, que su empresa le
llama volumen? ¿No hay ningún deseo de parte del cliente por adquirir algo que
tenga alguna cualidad que satisfaga alguna necesidad, a lo que él llama comprar
calidad?
Si
los clientes disponen de muchas opciones, como es el caso ahora, ninguno de
ellos haciendo uso de su sentido común se conformará de ser tratado por un
vendedor que sólo busca lograr su cuota de ventas, a costa de él. Los clientes
ya se han dado cuenta que, cuando los vendedores persiguen exclusivamente
objetivos cuantitativos éstos van en detrimento de los objetivos cualitativos;
lo que sucede es que, los que pretenden venderle no saben extraer nada positivo
de esta dicotomía.
Deténgase
a observar a esas empresas competidoras que usted le tiene respeto y temor, que
venden grandes volúmenes y la reputación que tienen: hermosas oficinas de gran
infraestructura, con doble tiempo de entrega, y quizá, hasta doble equipo de oficina
algo burocrático. Le suena familiar, ¿verdad? Pero el tamaño de esta empresa a
usted lo cohíbe.
Tomar
consciencia de esta premisa básica, la de que los objetivos cuantitativos
generalmente van en perjuicio de los objetivos cualitativos, le permitirá
comprender el enorme cambio que se tiene que producir en la forma de vender: del
paradigma de la cantidad tendrá que desplazarse hacia la calidad, la era de la
perfección, como se ha visto en artículo anterior.
Reflexione
sobre lo siguiente: durante más de 60 años en nuestros países, el en otras
épocas el noble arte de la venta, se ha degradado a sí mismo en su afán por
captar más y más pedidos. Ha estado obsesionado por el vende mucho con grandes
descuentos para que nos vean barato, no como producto “caro”. ¿Qué hay detrás
de la venta de volumen en términos de trato al cliente?; no nos ha importado casi
nada.
La
presión que los objetivos cuantitativos imponían sobre los gerentes de ventas,
y éstos, a su vez, sobre los vendedores, ha sido la causa de muchos ataques al
corazón, ¿verdad? La presión ejercida sobre los equipos de ventas por los
objetivos de calidad va a dar lugar a un nuevo fenómeno: “la trombosis
coronaria de los equipos de venta”. Esta dolencia se producirá como resultado
de los grandes esfuerzos que habrá de hacer la fuerza de ventas por cubrir y
satisfacer la nueva demanda de calidad que ya están exigiendo los consumidores.
En
la medida que los integrantes de la fuerza de ventas vayan aprendiendo,
comprendiendo la forma equivocada con la que han estado trabajando y
entendiendo los cambios que deben hacer para sintonizar con las nuevas exigencias
de los clientes, se irán extinguiendo esos “ataques al corazón”.
Muchos
autores, expositores, capacitadores hablan del cambio. De hecho, todo el mundo
está escribiendo sobre el cambio. Pero muy pocos han empezado a describir, menos
explicar, los cambios que se deben introducir en la forma de vender; es decir, en
el proceso de ventas que se sigue a diario, en la forma de presentar y
demostrar el producto, en la forma atender y servir al cliente. ¿Ya visualizó
lo que debe cambiar?
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