Desempeño y trabajo en equipo
Cuando
la fuerza de ventas en su conjunto, o un vendedor en particular, muestra un
resultado no aceptable, que no supera la medianía y deja grandes dudas, ¿qué es
lo primero que piensan ustedes que está sucediendo? ¿Que las cosas en el
mercado se están poniendo difíciles? ¿Qué la cochina competencia nos está
haciendo una mala jugada con nuestros clientes? ¿Qué los clientes se han vuelto
demasiado exigentes, llegando a la exageración? ¿O, piensan que la causa está
dentro de la empresa, en la fuerza de ventas, o en algún vendedor en
particular?
Lo
que están dejando al descubierto este desconcertante resultado es que, existen
algunas grandes falencias, o insuficiencias, en cuanto al desempeño de nuestra
fuerza de ventas. ¿A qué se debe esto, a problemas de gestión o de
organización? Si es problema de gestión, es un asunto de liderazgo, de parte
del ejecutivo de ventas. Si es de organización, lo más probable es que no se está
trabajando en equipo; el afán por demostrar capacidad individual de ejecutivos
y vendedores, es lo que está primando. Podemos dar muchas explicaciones más al
respecto.
Puede
ser el caso que, la fuerza de ventas está desplegando un gran esfuerzo, trabajando
inclusive horas extras, siguiendo ordenadamente un plan de ventas. Pero no se
logra lo que se espera. De esta manera, se ha caído en la creencia que los
resultados es un asunto de actividad y de cantidad; cantidad de horas
trabajadas, cantidad de vendedores barriendo
el territorio, de dar más descuentos que la competencia, nada más.
Analizando
el desempeño, en algunos casos, se logra descubrir que los vendedores no están
visitando a los clientes de mayor potencial de compra, ni ofreciendo los productos
que brindan mayor margen de ganancia para su empresa; sólo están haciendo rotar
los productos de más fácil venta. Pareciera que, cada uno está interesado,
exclusivamente, en llegar a su cuota del mes, para poder cobrar sus incentivos.
Han perdido de vista los objetivos comerciales de la empresa, o es que en ésta
no encuentran nada que los unifique.
En
otros casos, la fuerza de ventas puede estar mostrando rapidez, visitando a
clientes de alto potencial de compra y ofreciendo los productos de mayor rentabilidad,
pero actuando muy aislados de las otras áreas que apoyan o complementan la
actividad de ventas. Saben colocar productos, obtener pedidos, pero, por
ejemplo, despacho hace entregas tardías que el cliente ya no quiere recibir. Lo
peor, los clientes ya no quieren volver a hacer nuevos pedidos.
También
suele ocurrir que, la fuerza de ventas, a pesar que es muy competente, no
recibe el apoyo y soporte del área de Administración de Ventas. Esta área, que
capta y procesa información, se queda en elaborar cuadros y gráficos de ventas
para el jefe, sin proporcionarles a los
vendedores la información precisa para tomar buenas decisiones cuando se descubren
las nuevas oportunidades de negocio, o amenazas en el mercado.
Las
situaciones anteriormente mencionadas nos señalan que, de poco sirve la
voluntad y la perseverancia en lograr los resultados esperados si no se desarrolla
dentro de un sólido trabajo en equipo. Pero el trabajo en equipo demanda del
ejecutivo de ventas que tome como punto de partida los objetivos comerciales de
la empresa y sepa traducirlos a cada vendedor, en forma de cuota; que sepa
planificar y programar las actividades de la fuerza de ventas, de tal manera
que las ventas fluyan. Esto es responsabilidad de la función supervisión. No
descuides ninguno de estos detalles.
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