Las ventas en los nuevos tiempos
El
principal enemigo del éxito, es el éxito pasado. Suena extraño y paradójico, pero es una realidad.
Tendemos a repetir, a seguir haciendo lo mismo que nos condujo a obtener buenos
resultados, sin darnos cuenta que el entorno
en el que funcionó, ya no es el mismo de antes: cambiaron los aspectos que
lo caracterizaban, para algunas empresas, para bien, para otras para mal.
La
mayor parte de nuestras ideas y creencias sobre la actividad de ventas, que
aceptamos como ciertas, porque nos dieron excelentes resultados, ya no se
ajustan a la realidad. Nos han dado muchas satisfacciones y éxitos en el
pasado, es verdad; pero hoy nos encontramos con ciertas dificultades, nos
demanda más trabajo lograr resultados con esas ideas. ¿A qué se debe? ¿Qué está
pasando? ¿Qué cambios han ocurrido en el entorno donde se encuentra la demanda,
que estas ideas ya no encajan?
La
aparición del fenómeno de la globalización ha hecho saltar en mil pedazos el
estado de cosas que imperaba, y ha planteado una línea divisoria, entre un
antes y un después de la globalización; lo que también ha afectado el mundo
político, económico y comercial. Ha traído nuevos conceptos, principios y
enfoques, dentro de los cuales destacan la Calidad y la Reingeniería, por el enorme
impacto que han tenido en la forma de fabricar y comercializar productos y servicios.
Con
estas nuevas ideas, también ha venido el agotamiento de ideas que, en ventas,
fueron muy populares, deseadas y aceptadas por los vendedores: las técnicas de
ventas y, en nuestro medio, brutalmente distorsionadas por la viveza criolla.
La
calidad y la reingeniería nos han hecho ver los fenómenos empresariales y
comerciales de una manera distinta. En la Biblia, Samuel 16:7, dice: “Pues el
hombre mira las apariencias, pero Yave mira el corazón”. Dios mira el alma; el
hombre ve la figura humana; no hay punto de convergencia, no hay encuentro
entre ambos.
La
calidad, nos ha hecho comprender que el cliente ve de manera distinta a como ve
el vendedor. El cliente ve sus problemas y necesidades, y el vendedor ve sus propios
ingresos y comisiones. En ventas, tenemos que aprender a dar solución a los
problemas y satisfacción a las necesidades del cliente, pero de manera rentable
para nuestra empresa. Esto significa que, el punto de partida para cualquier actividad
empresarial y comercial es el cliente; debemos lograr el encuentro entre ambos.
La
reingeniería nos ha abierto los ojos respecto al error que podemos cometer si
diseñamos y estructuramos nuestras empresas para que sus procesos, máquinas y
equipos, y también la actividad comercial, funcionen igual, mínimo, durante
treinta años. Con los avances vertiginosos de la ciencia y la tecnología, debemos
estar en condiciones de diseñar o rediseñar un proceso para darles satisfacción
o soluciones, de manera rápida y flexible a nuestros clientes; pero teniendo en
cuenta que, en unos escasos tres a cinco años, los procesos comerciales
actuales habrán perdido vigencia, porque el mercado y los clientes que lo
integran habrán cambiado sus hábitos de compra y consumo. ¡Y la competencia,
habrá cambiado su forma de rivalizar!
Dentro
de este nuevo contexto, la idea absoluta del poder de la “técnica de ventas” se
extinguió. Y se encendió un debate sobre la vigencia de la eficacia de dichas
técnicas. Se llegó a la conclusión que, las relaciones con los clientes son
parte de las relaciones humanas y, en éstas las técnicas no funcionan. A los
clientes no hay que aplicarles técnicas porque no son máquinas, no son rock
colas a las que con echarles una moneda, tocarán la música que deseamos
escuchar. Usar con ellos consideración y respeto; así lograremos éxito.
Comentarios