Dele vuelta a su conducta habitual
Un tiempo atrás, me
encontré con un vendedor que había sido mi alumno en un curso de gestión de
ventas, y le hice la pregunta inevitable: “¿cómo te va?” “Bien”, me contestó.
“Pero, con ciertas dificultades para cumplir compromisos con mis clientes. La
pelea entre ventas y producción nos atrasa las entregas, y los clientes se nos
van.”
Estas peleas y
discusiones de cuál de las áreas de la empresa es la más y la menos importante
no tienen nada de constructivas, sino todo lo contrario; significan una pérdida
de visión y perspectiva de lo que es actualmente el mundo de los negocios.
Aléjese de esa demagógica forma de despedazar a su empresa, porque la está haciendo
presa fácil de la competencia.
Imagínese, por un
momento, cómo será el desempeño en el mercado de un vendedor que pertenece a
una empresa dividida por los conflictos internos; definitivamente, el vendedor
sale al mercado debilitado, derrotado de antemano, inseguro, con la duda de que
si hace una promesa de entrega a sus clientes, probablemente no cumpla. Y,
piensa, ¿cómo sostendré mis ingresos en esta situación?
La empresa, a
través de sus gerentes de área, debe enviar el mensaje a todos sus integrantes
de que, lo que tiene que hacer cada uno es utilizar sus energías en hacer mejor
eso que ya sabe hacer bien. Esto significa liderazgo y trabajo en equipo. El
ejecutivo no podrá pedirle a su fuerza de ventas trabajar en equipo, como un
puño, si sus vendedores lo ven a diario pelearse con los ejecutivos de otras
áreas. Un ejecutivo de ventas, y su fuerza de ventas, no puede darse el lujo de
desperdiciar talento y energías en ganar discusiones internas; para eso no se
le ha contratado o promovido a cargo ejecutivo.
El conocimiento
académico es necesario, pero no es suficiente. Existen dos habilidades sociales
que son fundamentales, especialmente en
el área comercial: la comunicación y las relaciones; estas dos
habilidades sociales deben acompañar el conocimiento. La única manera de
terminar con los conflictos y discusiones internas, es que los ejecutivos
cultiven estas dos habilidades; con mayor razón, los ejecutivos del área
comercial, y en particular el de ventas.
La fuerza de
ventas, en su conjunto, y de manera individual cada vendedor, harán el esfuerzo
por incorporar esas habilidades en su persona siempre y cuando lo vean
practicarlo en su jefe inmediato superior. La gente no hace lo que se les dice
que hagan, si no ven pregonar con el ejemplo. Entonces, empiece por darle la
vuelta a lo que ha sido su conducta habitual: comuníquese mejor, relaciónese
mejor, con los clientes internos y los clientes externos.
El filósofo inglés
John Stuart Mill, refiriéndose a los que andan atascados en la rutina, dijo: “Quien
hace algo porque es la costumbre, no hace elección alguna”.
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