Profesionalización de los equipos de ventas
Hablar de profesionalización hoy en día, es
hablar de hacer las cosas teniendo consciencia de lo que se hace; es decir,
hacer lo que se hace habiendo entendido por qué se hace de determinada manera
y, comprendiendo los cambios que deben hacerse cuando dicha manera de hacer las
cosas ya no responde a las exigencias del entorno. ¿El ejecutivo de ventas,
actúa solo o con su equipo?
Las ventas son consideradas una profesión
desde hace ya más de cincuenta años. Quienes trabajan en ella, tienen que
abordarla como tal, superando el empirismo y la mera intuición.
Todo ejecutivo es consciente que, los recursos
humanos son un asunto complejo de administrar. Estamos hablando de personas que
trabajan integrando los equipos de ventas, reconociendo que en cada una de
ellas se pone de manifiesto su individualidad en forma de deseos, ambiciones,
miedos y dudas; difícilmente podemos encontrar a otro que piense igual que
nosotros, en un cien por ciento.
Comete un error el ejecutivo de ventas cuando
pretende orientar, guiar y apoyar a todos los integrantes de su equipo por
igual. Cada vendedor es un cúmulo de habilidades y motivaciones distintas a sus
demás compañeros.
En tal sentido, quienes dirigen equipos
comerciales tienen un doble desafío: en primero lugar, administrar recursos
humanos; segundo, lograr consolidar y sostener el éxito comercial de la empresa
a través de dichos recursos. Quizás el mayor desafío para el ejecutivo a cargo,
este sea el mayor que tiene que enfrentar.
No se puede negar que, los conocimientos y la
formación académica juegan un papel fundamental en el desempeño de un
ejecutivo; este aspecto es necesario, pero no suficiente. Las habilidades
sociales, también son necesarias; las últimas investigaciones al respecto dicen
que, éstas son las que determinan, finalmente, el éxito.
Los ejecutivos que trabajen en el área
comercial en estos tiempos, deberán ser profesionales extremadamente
versátiles, que tengan una rápida capacidad de adaptación a las circunstancias
cada vez más complicadas y cambiantes de un entorno turbulento, que exige cada
vez más y mejores productos y servicios, para un público cada vez más
sofisticado, con necesidades más y más complejas.
Entonces, la capacidad de adaptación es más
importante que la posición que se ocupa; la flexibilidad más importante que el
dominio de mercado que se posee.
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