Responsabilidad y capacidad en la actividad de ventas
Asumir la responsabilidad de dirigir y gestionar
la labor de un equipo de ventas sin estar en capacidad para ello, lo que significa tener un escaso conocimiento
de lo que ello significa, es una cosa muy peligrosa para la empresa. Esto
ocurre con mayor frecuencia en empresas que tienen y mantienen un origen
familiar del negocio; colocan a familiares cercanos a cargo de las principales
funciones, incluida la comercial.
Esta práctica no
hace más que poner en evidencia que, la gerencia general desconoce o ha dejado
de lado que, la única función que genera ingresos en la empresa es la actividad
de ventas y, por la misma razón, que esa función no se puede dejar en manos de
gente que no ha recibido formación o capacitación.
No bastan las
buenas intenciones y la actitud mental positiva en este asunto; tampoco se
arregla esta situación haciendo concurrir al equipo de ventas en su conjunto a
un seminario motivacional de fin de semana, en el que se hace uso y abuso de
las dinámicas de grupo, especialmente las que sirven para “integrarnos”, así
les dicen.
Efectividad
La responsabilidad, le exige al ejecutivo a
cargo ser efectivo. En general, cuando el gerente de ventas ya ha decidido lo
que realmente debe hacerse, en ese momento ha puesto en práctica su efectividad. La efectividad
se pondrá de manifiesto, de manera concreta, a través de los clientes que
se ha elegido atender, las necesidades que se pretende satisfacer o los
problemas que se pretenden resolver.
De igual manera, la
efectividad se pondrá a prueba en los productos que se ha decidido ofrecerles a
los clientes, porque portan el beneficio o la solución a sus necesidades o
problemas. Luego, la efectividad del ejecutivo se pone a prueba en el factor
más delicado e importante: la toma de decisiones relacionada con seleccionar a
los vendedores que realmente sepan cómo hacerlo.
Eficiencia
La capacidad del ejecutivo no sólo se mide
por su eficacia en lograr resultados, sino, principalmente, por su eficiencia;
es decir, lograr los objetivos de ventas al menor costo posible, sin disminuir
la calidad del servicio que se les brinda a los clientes, ni perjudicar las
relaciones que se mantiene con ellos.
Ahora bien, la
eficiencia tampoco se logra por simple voluntad. Recordemos que, el ejecutivo
de ventas logra resultados a través de sus vendedores; él mismo no sale a
vender. Entonces, el ejecutivo tiene que estar seguro que los vendedores que ha
seleccionado y asignado a los distintos territorios tienen la inteligencia y los conocimientos mínimo necesarios, que les
aseguren un buen desempeño. Si se tiene puro vendedor empírico e “intuitivo,
los resultados brillarán por su ausencia.
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