Tres cualidades de un ejecutivo de ventas
Para el óptimo
desempeño de los ejecutivos de mando medio de cualquier tipo de organización,
sea estatal o privada, más aún si en ésta última es del área comercial, es
necesaria la buena instrucción; pero no es suficiente. También es necesario poseer
tres cualidades que, de alguna forma u otra, están relacionadas con la madurez
emocional y afectiva:
Creatividad. Es esa exquisita capacidad
de imaginar con rapidez nuevas soluciones a los viejos problemas, o soluciones
originales a los nuevos problemas. Está íntimamente relacionada con la
imaginación, una de las tres funciones de nuestra mente.
La creatividad es
esencial en el área comercial, porque es el único medio mental que nos permite
encontrar soluciones no pensadas por ningún otro, y a su vez nos diferenciamos de
la actividad rutinaria de la competencia. Si usted se limita a aplicar mecánicamente
las técnicas que ha aprendido en un seminario o que ha leído en un brillante
libro, usted no es creativo. El ejecutivo de ventas o vendedor creativo aplica
los conocimientos adquiridos, de manera original, a lograr los objetivos
comerciales de su empresa.
Carácter. Se confunde mucho
en nuestro medio “carácter fuerte” con gritar o alzar la voz cuando se le llama
la atención a alguien. La persona de carácter, todo lo contrario, no grita; te comunica
solo con la mirada, sin pronunciar palabra alguna, seriedad, respeto y
disciplina.
El carácter es esa
madurez que poseen algunas personas para decir su verdad, sin herir a los
demás. Es la fuerza de voluntad para sostener la conducta elegida, no por
terquedad sino porque lo han pensado profundamente antes de entrar en acción; por
eso, actúan con mucha serenidad y persistencia. Los ejecutivos y vendedores de
carácter son personas que se caracterizan por ser muy responsables; ponen el “pecho”,
“dan la cara”.
Criterio. Muchas personas lo
asocian con la intuición, con ese exquisito “olfato” que tienen ciertos
ejecutivos y vendedores, para captar señales de lo que se viene
inevitablemente. Sí, es una especie de intuición, pero muy cultivada; se
utiliza necesariamente para compensar la falta de información en determinadas
situaciones, cuando se tienen que tomar importantes decisiones.
El criterio o “intuición
cultivada” es producto de la abundante información y conocimientos que se tienen
del mercado, de los clientes y competencia, de los beneficios de los productos
y servicios que se ofrecen. Quien no tiene información y conocimiento de lo que
se debe hacer y cómo hacerlo, es imposible que actúe con criterio.
Cuando faltan estas
tres “C” en ejecutivos y vendedores, es probable que reine en ellos la
esperanza acompañada de la inacción. Ya todos lo sabemos, la inacción
multiplica los problemas y agrava las consecuencias.
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