Vendedor, ¿Para quién trabajas?
Las personas que trabajan
como representante, asesor o ejecutivo de ventas se encuentran en un dilema
que, a veces los confunde en lo que a su actividad se refiere. El profesional
de ventas se encuentra entre el fabricante y los consumidores, pero tienden a
considerarse como agentes de los primeros y se sienten comprometidos con su
punto de vista. Al final, es comprensible que así piensen y sientan; quien le
paga su sueldo y comisiones es el fabricante. En cierta forma los vendedores
también son agentes de los consumidores. Es el consumidor el que paga el precio
y en este, van incluidos los sueldos y las comisiones. Entonces, deben ser las
necesidades del consumidor, sean individuos u organizaciones, las que se
satisfagan con el desarrollo de una venta profesional.
La orientación
hacia el consumidor debe ser la base de toda actividad comercial, dentro de la
que destaca la labor del vendedor profesional. Esta orientación, considera como
lo más importante entender las necesidades o problemas que los consumidores
pretenden satisfacer o resolver. La única manera de practicar esta orientación
es que, el vendedor conozca en
profundidad el producto y sus características técnicas, y cómo éstas se
traducen en beneficios para los consumidores. Ahora bien, es importante que
aprenda a distinguir entre necesidad y deseos del consumidor. El hambre es una
necesidad, pero las miles de maneras en que el consumidor puede satisfacerla,
son sus deseos. Igual ocurre con el cliente B2B. Por ejemplo, necesita reducir
costos, lo que puede conseguir adquiriendo un insumo de mayor rendimiento,
capacitando a su gente, mejorando procesos, adquiriendo tecnología de punta,
incorporando la informática a sus procesos.
En tal sentido, hay
una clara línea de conducta del vendedor profesional que se pone de manifiesto
en tres preguntas: 1) ¿Qué necesita el cliente? 2) ¿Qué hace nuestro producto?
y 3) ¿Cómo lo beneficia al consumidor, individuo u organización? Entonces, las
condiciones mínimas que definen una situación de ventas son: la efectiva
percepción que ha hecho el vendedor de la necesidad o problema del cliente; y,
la exposición, mediante una idea, servicio o producto, del beneficio que le
estamos ofreciendo al cliente. Unir estas dos consideraciones es el propósito
de una presentación de ventas profesional. Esta debe hacerse de manera
ordenada, clara y predecible en sus consecuencias positivas, que haga llegar al
cliente a la conclusión de que el beneficio justifica el precio.
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