Lo racional y emocional en el proceso de compra
Me imagino que,
usted se habrá dado cuenta que los seres humanos reaccionamos o respondemos a
los estímulos que nos vienen desde distintas fuentes y/o personajes. Los
estudios realizados sobre el cerebro y su funcionamiento indican que, la
reacción, respuesta o decisión de los individuos, procede de nuestra parte
emocional-afectiva, de nuestros intereses ligados a ciertas creencias que
refuerzan nuestros deseos y ambiciones. La actividad de ventas consiste en
enviar estímulos a los compradores potenciales con el propósito de provocar en
ellos una respuesta positiva, en el sentido de aceptar la propuesta comercial
que se le está haciendo. ¿Cómo elabora, usted como vendedor, esos estímulos?
¿Los improvisa o los planifica?
Tomando en cuenta
el propósito de la actividad de ventas, de enviar estímulos para obtener
respuesta positiva de parte del comprador potencial, exige al vendedor estudiar
al cliente, informarse sobre sus circunstancias y planificar su proceso de ventas,
no dejarlo a la mera improvisación. Lo que parece la parte intuitiva de las
ventas no es más que un bien desarrollado autoconocimiento combinado con
empatía que es la capacidad para comprender a los demás. Por eso se dice que,
vender es, después de todo, una actividad intensamente humana, que debe tener
en cuenta los componentes que definen lo humano: la parte de conciencia y
razonamiento, y la parte emocional-afectiva asociadas a las ambiciones. Cuando
los seres humanos tomamos decisiones, particularmente, para adquirir algún bien
o servicio, lo hacemos partiendo de nuestras emociones y ambiciones, no de lo
racional.
En tal sentido, es
conveniente que desarrollemos una organización personal y disciplina para
mantener el propio proceso de ventas firmemente bajo nuestro control y al mismo
tiempo la capacidad de adaptarlo a las nuevas circunstancias y situaciones que
puedan surgir. Esto debemos hacerlo teniendo en cuenta que, dentro de la
situación de ventas debemos dirigirnos sin perder de vista el objetivo: lograr
la venta. Aquí, tenemos que aprender el comportamiento de los alpinistas:
cuando en su ascenso hacia la cumbre de la montaña encuentran un obstáculo,
miran nuevamente la cumbre, es decir, el objetivo, para decidir que nuevo
camino seguir y continuar el ascenso. Cada vez que el vendedor se encuentre con
un obstáculo, que le impide continuar hasta el cierre, debe poner nuevamente la
atención en el objetivo y/o propósito: cerrar la venta.
Comentarios