Los tres puntos de la filosofía de las visitas de ventas
El desempeño planeado es el medio más eficaz de alcanzar el resultado
que se desea. Para utilizar en forma efectiva el tiempo disponible,
el vendedor debe establecer prioridades. Dicho en forma más sencilla, necesita
tener una lista de los lugares a donde proyecta ir, y qué hará en cada uno de
esos lugares que visitará. Un buen plan se elabora habiendo hecho antes un
diagnóstico; y un diagnóstico comúnmente parte de las ideas que usted tiene
sobre el mercado, que incluye a los clientes (demanda) y competidores (oferta).
Esto señala el enfoque esencial que deben tener todos los vendedores: ser
económicos y hasta avaros de su tiempo. El tiempo es el único recurso que tiene
un vendedor, y tiene que aprender a hacer un uso óptimo de él; de lo contrario, estará actuando con
mucha negligencia y debilidad.
Toda visita de ventas debe tener un objetivo. A
menos que el vendedor tenga una razón específica para hacer la visita, no tiene
cómo medir el resultado de ella. Hasta una visita en frío tiene su objetivo.
Desgraciadamente, nos inclinamos a aceptar como buena justificación simplemente
aquello de “ver cómo están usando el producto”. Eso no es suficiente. No
justifica el tiempo que se destina a la visita. ¿Qué otra cosa debemos lograr
para que ésta sea una visita efectiva? “Yo realmente quiero hablar con alguien
del departamento de ingeniería para demostrarle mi producto, y quiero dejar
catálogos en los departamentos de ingeniería y de compras, pero únicamente si
esto se justifica por el volumen de producto que utilizarán”. Esos son sus
objetivos en esta visita fría. Si usted no logra todas estas cosas, no ha
cumplido su objetivo.
Como quiera que resulte una visita,
efectiva o no, estos dos pasos serán la base para la continuación de la
estrategia de ventas. A veces cambia la lista de planes del
vendedor. Los compradores olvidan, las reuniones se prolongan más de lo que
esperaba, el estado del tiempo puede interferir, la competencia reacciona o
contraataca, se descubren nuevos hechos. Muchos factores controlables e
incontrolables, influyen en el resultado de toda actividad planeada. Por
consiguiente, si “lo que ocurrió” ha de servir para desarrollar tácticas
futuras o seguimiento, hay que contestar tres interrogantes para cada visita:
1) ¿Qué ocurrió cuando usted hizo la visita? 2) ¿Qué piensa
hacer respecto a lo ocurrido? 3) ¿Cuándo lo hará? Cuando su gente pueda contestar
con precisión estas preguntas, tendrá usted la información esencial para
formular un informe del plan de visitas y actividades.
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