La sabiduría en la actividad de ventas
La palabra sabiduría comúnmente se asocia con
“sabio” y con “vejez”; y, se ha creado esa famosa frase que nos dice: “el
hombre sabe más por viejo que por sabio”. Es decir, a medida que uno envejece
sabe más, ha experimentado más, ha aprendido más cosas, ha cometido más
errores; ha tenido más tiempo para reflexionar sobre esas cosas. Pero, dudamos
de esta idea cuando vemos que, en el área de ventas, existen algunos viejos que
no son sabios, mientras que unos jóvenes vendedores son “muy sabios”. En ventas, ¿qué caracteriza al sabio? Sus resultados, su formación.
¿Formación en qué?
Intelectual. Adquirir una visión de conjunto de toda la
actividad de ventas; saber “ver desde la cima de la colina”. También incluye un
conocimiento profundo de lo qué debe hacerse y cómo debe hacerse; un
entendimiento conceptual de todas las actividades, no limitarse a lo empírico.
Los principios y fundamentos que rigen los fenómenos comerciales y la actividad
de ventas en sí, no pueden faltar.
Técnico. El aspecto técnico de las ventas, no se
limita a aprender las famosas “técnicas de ventas”, que sólo consideran la
habilidad del ejecutivo o vendedor, dejando de lado las necesidades y problemas
de los clientes. Todo lo contrario, incluye el proceso de ventas, recursos y
herramientas, adquiridos por aprendizaje y experiencia, enfocados a darle
satisfacción/solución a las necesidades/problemas de los clientes.
Táctico. El ejecutivo y los vendedores, deben tener
muy en claro que, su accionar debe estar dirigido a poner en práctica una
estrategia de ventas que, a su vez, se desprende de una estrategia comercial de
la empresa. El ejecutivo de ventas debe hacer una selección de actividades, que
conforman un plan de ventas, que se ejecutará con disciplina a través de una
organización de todas las tareas.
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