Lo contrario a la mediocridad en ventas
Muchas de las ideas que tenemos
grabadas en nuestra mente, están relacionadas con creer que, lograr más es un
asunto exclusivo de la cantidad; estamos convencidos que “más es siempre más”.
En nuestra vida privada estás ideas las aplicamos con mucha naturalidad;
queremos tener más de todo, y nos llenamos de cosas. En nuestra vida profesional
en el área de ventas pasa exactamente lo mismo; ambicionamos disponer de más
tiempo, de más vendedores, de más capacidad para otorgar mayores descuentos.
Pero estas ambiciones suelen ser
irreales, porque, como ejecutivos de ventas siempre tendremos que logar
resultados dentro de ciertas restricciones.
Por ciencia y por experiencia,
podemos afirmar que, ambicionar más y dejar de lado las restricciones reales
dentro de las que tenemos que lograr resultados, no son señales de tener claro
el concepto de productividad en la
actividad de ventas. En la labor administrativa y de ventas, la productividad
se logra a través de la efectividad,
lo que en ventas significa saber localizar al verdadero cliente potencial,
identificar su real necesidad y ofrecerle el producto o servicio que resolverá
satisfactoriamente su problema. Si no se tiene un propósito claro en ventas, aquello en lo que valga la pena invertir
tiempo y esfuerzo inteligente, no se logrará ser efectivo, sólo sentirte mediocre.
Sentirte y ser efectivo (productivo)
en ventas va a depender sólo de lo bien que hagas uso de tu inteligencia, tanto de la académica como
de la emocional. La inteligencia, hay que entenderla al estilo oriental,
tomando en cuenta sus dos aspectos: 1) La capacidad de saber planificar todas las actividades que te
conduzcan a lograr tus objetivos y metas y, 2) La capacidad de hacer cambios que la realidad te está
exigiendo. De todos los recursos necesarios para lograr resultados de alto
rendimiento en ventas, ninguno contribuye más que la sabiduría. Para la
sabiduría, los conocimientos son necesarios, pero no son suficientes; también
son necesarios criterio, flexibilidad y
madurez emocional.
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