¿Basta ponerse ambiciosos objetivos en ventas?


 Desde que empecé a dedicarme a la capacitación, en 1993, sigo de cerca la evolución de ciertas empresas importantes estadounidenses; a fines de los 90 agregué a algunas punto.com; lo que busco es ver en ellas los resultados de la aplicación práctica de las nuevas herramientas de management, principalmente las relacionadas con lo comercial y las ventas. En esta nota, describiré a una de ellas. Es una gran empresa fabricante de equipos y conexiones de Internet. Entre 2004 y el 2007, se había convertido en una estrella de Wall Street; en ese período, las ventas habían aumentado anualmente a un ritmo superior al 10%. Pero en el 2007 había decepcionado dos veces a los accionistas.

 En agosto de ese año, la ejecutiva de ventas para Norteamérica, le advirtió al CEO que los grandes clientes estaban dando marcha atrás, y que todo indicaba que no se cumplirían las metas. Dándose cuenta que la economía se enfriaba, la ejecutiva estimó que su equipo podía no llegar a cumplir con las expectativas de ingresos, ya rebajadas, para el tercer trimestre. El CEO se salió de sus casillas. Fue muy doloroso para la ejecutiva de ventas escuchar los arrebatos destemplados del CEO. El vendedor estrella del equipo de ventas les dijo a sus compañeros: “necesitamos redoblar nuestros esfuerzos para cerrar cualquier trato posible”.

 Lo que siguió fue un frenesí de acuerdos, a medida que los vendedores de la empresa se desvivían por cumplir con las metas de ingresos. Se otorgaron grandes descuentos, se hicieron operaciones por productos que fueron despachados a los canales de distribución, se abarrotaron los almacenes de los clientes indirectos, con productos que no llegaban a los consumidores finales. Además de hacer que las cifras del cuarto trimestre fueran cuestionables, la ejecutiva de ventas calculó luego que estas tácticas, sumadas a la creciente reticencia de los clientes y a la reducida financiación de las ventas por parte de la empresa, harían que los ingresos en Norteamérica quedaran un 20% por debajo de lo proyectado. La ejecutiva renunció en octubre; dos semanas después el CEO fue despedido.

 ¿Qué quería decir esa arenga del vendedor estrella, todo vale, el fin justifica los medios en ventas? ¿Seguir haciendo lo mismo con “redoblado esfuerzo” era la respuesta correcta?

 Ponte en el lugar de la ejecutiva de ventas, revisa su actitud, ¿estás de acuerdo con lo que se limitó a hacer? ¿Consideras que la respuesta correcta a esta situación la puedes encontrar en un libro o la puedes escuchar en un curso dictado por un gurú de las ventas? ¿Qué piensas comercialmente que debió hacer la ejecutiva?

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