Cuando decides no aplicar lo "aprendido"
En ningún curso o taller de capacitación sobre la actividad de ventas, van a encontrar algo nuevo, sino muchas cosas que ya se saben y que nunca se escucharon antes. Suena paradójico, pero en muchas cosas que hacemos ni yo ni usted necesitamos que nos digan nada nuevo. Sabemos lo bastante para llevar a cabo una actividad o labor de ventas perfecta. A veces, con mucho dolor, nos damos cuenta que, nuestro punto flaco no es la ignorancia, sino la inacción; no hemos hecho nada por poner en práctica todo aquello que nos costó dinero y tiempo conocer. Decir que sabemos algo y no lo practicamos, no nos da ninguna ventaja sobre el que no lo sabe.
De repente somos de esas personas que dicen saber ya todo cuando escuchamos a alguien hablar al respecto; porque asistimos a los distintos cursos y talleres que se dictan sobre la actividad de ventas, pero no aplicamos nada de lo supuestamente hemos “aprendido”. Los japoneses tienen un dicho que dice: “querer y hacer, es poder; si no puedes es porque no quieres hacerlo”, así de simple. La pregunta que tenemos que hacernos es, ¿cuál es el beneficio que obtenemos de aprender algo y no aplicarlo? Lo inverso también, ¿qué podemos perder, que nos puede ocurrir, si no aplicamos las herramientas aprendidas, ¿nada?
La finalidad de un curso de capacitación es tomar conciencia, reafirmar,
ilustrar, afinar, cultivar, adaptar una serie de fundamentos, principios o leyes
que rigen nuestra labor o actividad de ventas; es actualizarnos, ponernos al
tanto de las nuevas teorías y herramientas conceptuales que han sido
desarrolladas. Actualizarnos es agregar conocimiento al conocimiento; es llevar
a cabo una permanente gimnasia mental, así coma la hacemos para nuestros
músculos para “mantenernos en forma”. Capacidad mental que no se ejercita, se
atrofia. Capacitarnos es al mismo tiempo, darnos un golpe en la espinilla e
inducirnos a hacer algo para aplicarlos.
Comentarios