Las ventas, el marketing y nuestra empresa
Lo
aparente, no es lo verdadero, reza el dicho. Y, en lo que a la actividad de
ventas se refiere, también se cumple este dicho. ¿En qué sentido? Se piensa y
actúa considerando que, lo que ofrece un vendedor es, obviamente, un producto o
servicio. Se deja de ver lo que está detrás de toda la actividad de ventas.
Los
integrantes de la fuerza de ventas, orientados y guiados por el ejecutivo a
cargo, deben saber que, un producto/servicio no compite contra otro producto/servicio.
Primero, habría que considerar la presencia del servicio adicional que acompaña
al producto (producto más servicio, constituyen la oferta de la empresa),
reconociendo, además que, la venta es un servicio; entonces, es parte del
servicio que ofrece la empresa. Segundo, hay otras actividades dentro de la
empresa sin la cuales no se logra completar o cerrar la venta tal como lo
requieren los clientes que integran el mercado meta.
En
tal sentido, la fuerza de ventas tiene que actuar entendiendo que, la
competencia es integral, se da entre modelos de negocio de las empresas
competidoras. Esto significa que, para ser aprovechada la efectividad de la fuerza
de ventas, ésta debe estar directamente
relacionada con el trabajo integral de toda la empresa, en cada una de sus áreas,
factores y capacidades.
La
actividad del área de ventas está directamente relacionada, internamente, con
almacén de productos terminados, despacho, con créditos y cobranzas, con
finanzas, con marketing, con servicio al
cliente; en algunos casos, directamente, con fábrica cuando se trata de
productos industriales que tienen un alto componente técnico. Podría
mencionarse otras áreas más que, dependerá de la naturaleza del negocio y/o
producto/servicio que comercializa.
Por
lo dicho anteriormente, el proceso de satisfacción del cliente sienta sus bases
en la organización o estructura de la empresa que respalda la actividad de
ventas; el producto/servicio es sólo uno de los elementos. Toda empresa
comercial suministra bienes y servicio económicos, y lo tiene que hacer de
manera rentable, lo cual depende de cómo está organizada. La organización, de
los recursos y esfuerzos, debe multiplicar la fuerza de la empresa para lograr
lo resultados.
El
negocio comienza conociendo, de manera más completa posible, las necesidades y
expectativas de cada grupo o mercado objetivo de consumidores. Este
conocimiento debe traducirse a capacidades internas mínimas exigidas, dentro de
las cuales se encuentra las competencias laborales que debe poseer la fuerza de
ventas. Es de vital importancia que, los vendedores sean conscientes de las
competencias que les son exigidas; deberían iniciar un proceso de capacitación
por desarrollarlas, en caso no las posean.
Por
todos es sabido que el marketing moderno consiste en satisfacer los requerimientos
(necesidades y expectativas) de los clientes, de manera rentable. Pero, si la
fuerza de ventas no posee esta información y conocimiento, poco podrá aportar
al logro de los objetivos comerciales de la empresa. Quien es responsable de
que esto se lleve a cabo es el ejecutivo de ventas a cargo del equipo.
Aunque
el marketing pone el foco en lo externo, comenzando sus actividades con la
investigación de mercado, y culminándola con la estrategia, todo el personal de
la empresa debe alinearse, construyendo
y mejorando las relaciones internas entre los departamentos que la conforman,
teniendo muy presente que, la única función que genera los ingresos de la
empresa, es ventas.
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