El costo de las actividades de ventas
El famoso científico lord Kelvin, el creador
de los “Grados Kelvin” para medir la temperatura, tuvo frases célebres que son
citadas en muchos libros de Estadística: “Cuando se puede medir aquello de que
se habla y expresarlo en cifras, se sabe algo de ello; pero cuando no se puede
medir, cuando no se puede expresar numéricamente, el conocimiento que se tiene
es de calidad débil y poco satisfactoria.”
Se podrá objetar las frases de Kelvin, o ser
menos absolutos, y admitir que ciertas actividades como las comerciales, y
dentro de ellas las de ventas, se pueden desarrollar brillantemente sin
necesidad de recurrir a las matemáticas, con mediciones y cálculos, para
obtener un excelente desempeño. Es verdad, podemos obtener resultados sin
recurrir a las matemáticas; pero, de seguro, esos resultados son muy pobres, y
podrían ser mucho mejores si se usaran la medición y el cálculo.
Es evidente que, no podemos negar que el
progreso de las ciencias y de las técnicas, en general, ha sido logrado en
grado sumo por el uso exhaustivo de la medición y el cálculo y la
representación numérica de los fenómenos estudiados y, la previsión numérica de
sus resultados. La pregunta obligada es: ¿los fenómenos comerciales pueden
sustraerse de la necesidad de medirlos y calcularlos? Pensemos seriamente en
nuestra responsabilidad antes de dar una respuesta.
Aplicando el inobjetable aporte de las
matemáticas, con la medición y el cálculo, a la profesión de las ventas,
preguntémonos lo siguiente: ¿Cuánto le cuesta (costo medio) a nuestra empresa
iniciar y establecer el contacto que hacen nuestros vendedores profesionales
con los prospectos? ¿Cuánto le cuesta a nuestra empresa llegar hasta la etapa
final del proceso y cerrar una venta con un prospecto que estuvo trabajándolo
durante cierto tiempo?
Ya se trate de un vendedor promotor o de uno
que practica la venta receptiva, si nuestra empresa no tiene respuesta a estas
elementales preguntas, sabiendo que ella administra una gran cantidad de
vendedores, entonces, el asunto es verdaderamente preocupante, por no decir
crítico. ¿Podría usted atreverse a pensar que un arquitecto o un ingeniero
civil desconocen el valor del metro cuadrado de terreno y de construcción en
determinada zona o distrito de la ciudad?
Definitivamente, el ejecutivo a cargo de las
actividades comerciales, y en particular de las ventas, es el responsable de si
las actividades que se ejecutan en su área tienen una expresión en costos que,
debe compararse con la ganancia que se obtiene en la venta que se consiguieron
ejecutando dichas actividades; a ese ratio se le llama rentabilidad de la transacción
de ventas. Lord Kelvin nos dio la pauta para calcular la productividad en
ventas.
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