Cuando un vendedor estrella es promovido a gerente
¿Recuerdas a quién nombraron,
últimamente, como el nuevo ejecutivo de ventas de la empresa, en la que
trabajas? Lo más probable es que haya sido designado para tal cargo el vendedor
estrella del equipo de ventas. Si este vendedor ha entendido que, debe cruzar
un puente, y dejar de hacer lo que hacía como vendedor, no hay ningún problema.
Pero, si va a seguir comportándose como vendedor estrella, en vez de administrar
la labor de la fuerza de ventas, la empresa habrá perdido un vendedor estrella
y ganado un pésimo ejecutivo de ventas. Los ejecutivos de ventas (gerente, jefe
o supervisor) deben adoptar actitudes diferentes de las que mostraban cuando
eran vendedores; tener control sobre mis acciones, es distinto a ejercer
control sobre las acciones de los demás.
Es importante aprender a delegar, aun
cuando el gerente pueda realizar un mejor trabajo. Un gerente de ventas no hace
las cosas, las dirige; él debe descubrir oportunidades de negocio, debería
elaborar una estrategia de ventas, comprobar que su fuerza de ventas está en
capacidad de ejecutar la estrategia exitosamente; y, vigilar que se hagan las
cosas tal como lo contempla la estrategia”. Un ejecutivo de ventas, ha
aprendido a serlo, desde su puesto como vendedor, ya se comporta como tal; eso
le asegurará su futura promoción a dicho cargo. No es cierto que, a un vendedor
lo promueven a ejecutivo para que, en el nuevo cargo, recién aprenda a ser
gerente; no, la gerencia ve al vendedor comportarse como ejecutivo, y lo
promueve al nuevo cargo.
La pregunta que debes hacerte en tu cargo
de ejecutivo de ventas es: ¿Soy líder o jefe? Si no estás seguro de la
categoría a la que perteneces, hay algunas señales. Los jefes gritan las
órdenes; los líderes dan instrucciones. Los jefes siempre tienen la razón; los
líderes siempre están dispuestos a reconocer que otros tienen buenas ideas. Los
jefes amedrentan a los empleados; los líderes los motivan. Los jefes intimidan;
los líderes educan. En resumen, un líder orienta, guía y apoya a sus
colaboradores; siempre tiene presente que, en determinado momento, tendrá que
ser una luz que alumbra el camino de su gente. Algunas veces se pondrá arriba
para izarlos; otras, debajo para sostenerlos, y en algunas ocasiones al lado de
los vendedores para acompañarlos.
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