¿Cómo considera la capacitación el vendedor?
“Estamos ante el
reemplazo de la ilustración por el brutal entretenimiento, ya que hoy el
conocimiento aburre”. Esto lo escribió, nuestro famoso cantante de rock, Pedro
Suárez-Vértiz, en la revista Somos, el sábado, 23 de Febrero, en su artículo
titulado “Cambio de planeta”. Es un artículo interesante, en el que escribe
sobre los medios de comunicación modernos, como las redes, que tiene la gente
para comunicarse y expresarse, las denigrantes técnicas que se usan ahora para
hacerse conocido y la necesidad de saber a quién te diriges para hacer uso del
lenguaje “apropiado”.
Pero, lo que resalta el
artículo es la permanente búsqueda del entretenimiento y la diversión, ya no el
aprendizaje en sí ni la adquisición de conocimientos, por parte del público, ya
sea joven o adulto. Nuestro Premio Nobel, Mario Vargas Llosa escribió el año
pasado en un diario madrileño sobre la “Cultura del espectáculo”, en el que escribe
sobre la actual actitud de la gente que dice “buscar cultura”; quieren pasarla
bien, entretenerse, pues, les interesa poco el contenido y la reflexión sobre
él mismo.
Esto está ocurriendo
en todo ámbito de cosas, principalmente en la capacitación, cualquiera sea la
materia a tratar. Los que piensan contratar, y también, participar en estos
cursos o seminarios primero indagan si va a ser una capacitación divertida, en
la que la gente se ría, la pase bien. Y, para que la gente te contrate como
expositor o como capacitador, muchos de estos profesionales que se ganan la
vida capacitando, han optado por aceptar esta nueva “técnica de capacitar”, de
lo contrario “te mueres de hambre”, dicen.
En la actividad de
ventas está ocurriendo esto con mayor intensidad, actualmente, en nuestro
medio. Los vendedores quieren divertirse en los cursos de capacitación a los
que son enviados por sus empresas, o a los que ellos mismos eligen, si es que
tienen la disposición a capacitarse que, a fin de cuentas, significa actualizarse.
Es obvio que, en una
capacitación no puede faltar la “anécdota graciosa”, contada por el expositor
que libera la tensión; pero la anécdota, para ser efectiva, mas que hacer reír,
debe servir para reforzar lo expuesto o para facilitar la comprensión del tema
en discusión. Pero, pretender hacer de la diversión el eje de la capacitación,
es desvirtuar el verdadero propósito de la misma. Lo principal es el contenido
de la capacitación que, supuestamente expresa las reales necesidades de
capacitación del equipo de ventas en su conjunto.
Lo peligroso de esta
situación es que, los vendedores de países en vías de desarrollo, como el
nuestro, estén pensando que la diversión es lo principal de la capacitación.
Si, como dice Pedro, el conocimiento en sí los aburre de verdad, entonces, estamos
en gravísima situación. Hasta en los juegos hay reglas que aprender y respetar
y estrategias que elaborar, ¿por qué los vendedores le niegan presencia a éstas
en su actividad? No hay esa natural inclinación a conocer y aprender los principios
y fundamentos de las ventas; es una resistencia maligna por cuanto perjudica la
labor diaria del vendedor y destruye su futuro como persona y profesional.
Hace ya algunos años
que, cuando inicio una capacitación me dirijo a todos los participantes y les
digo al principio de la misma: “sólo me voy a dirigir a los que quieren
aprender; los que esperan divertirse, si gustan pueden retirarse”. Me miran con
cara extraña, disconformes al inicio; pero no se retira ninguno. La
responsabilidad de un capacitador es facilitar el aprendizaje, sacarles “sangre
de la cabeza” a los participantes, empujarlos a hacer uso de su entendimiento y
razonamiento. ¿Por qué es necesario hacer esto? Porque el ser humano sólo pone
en práctica aquello que ha producido en su mente, es decir, lo que ha pensado,
reflexionado, practicado.
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