La situación futura de las ventas de provincias
Una
época de recesión o desaceleración económica es un período peligroso que trae
altos riesgos; pero el mayor peligro radica en la negligencia de negar la nueva
realidad. Lo que ocurre, y desespera, es que esa nueva realidad no se puede
explicar con los supuestos de la época de estabilidad o crecimiento que hemos
estado disfrutando. Los fenómenos económicos que se están poniendo de
manifiesto no encajan de ninguna manera con “lo que todos saben”.
Pero
una recesión o desaceleración económica representa un período muy oportuno sólo
para aquellos que pueden cambiar de enfoque, para aquellos que muestran una
gran flexibilidad para aceptar y explotar las nuevas realidades, que siempre
vienen acompañadas de nuevas
oportunidades. Cambiar de enfoque significa interpretar de forma distinta la
realidad del mercado en el que estamos operando. Esto nos exige que nos resistamos
a la tentación de basarnos en “lo que todos saben”.
Este
preámbulo ha sido necesario hacerlo para diagnosticar la situación en la que ha
entrado nuestra economía, y que va a tener repercusiones en los niveles de
ventas de muchas empresas. Pero lo que ocurrirá, o está ocurriendo, en Lima es
distinto a lo que ocurrirá en las distintas regiones del país. Las regiones que
han empezado a parecerse a Lima, en lo que se refieren a sus hábitos de compra
y consumo, las afectará de manera diferente.
Las
regiones que han alcanzado un importante desarrollo, mejorando sus ingresos
per-cápita, como Arequipa, Ica, La Libertad, Lambayeque, Piura, Cajamarca y
Ancash, estos dos por la actividad minera, el grado de afectación se dará en
función de su capacidad de respuesta. Eso dependerá de qué tan diversificada
esté la producción en cada región. Por ejemplo, con la caída de los precios de
los minerales, Cajamarca y Ancash que, dependen exclusivamente de la minería,
verán reducirse el consumo interno significativamente. No sucederá lo mismo con
regiones que tienen variada actividad económica, como Arequipa, por ejemplo.
Hagan
un análisis parecido con las otras regiones que atienden sus respectivas
empresas. Por ejemplo, regiones que dependen mucho de la producción agrícola
exportadora, ¿cuáles son los tipos de cultivo en cada una de ellas? ¿Se han
visto frenadas las exportaciones con la crisis de Estados Unidos y Europa? ¿Cuánto
ha afectado la economía de la región? Los que fabrican cajas para productos
exportación, resentirán. ¿Qué otras actividades económicas se desarrollan en
cada región?
¿Cuál
debe ser la actitud del ejecutivo de ventas ante está situación que ha empezado
a vivir cada región? Es necesario elaborar una matriz o mapa de los distintos
productos que vende la empresa, en relación con los productos que se ven
afectados en cada región con la caída de las exportaciones. Ese cuadro no es
para desanimarse, sino para ponerse a descubrir otras oportunidades de negocio que
puedan compensar las caídas. Luego tiene que elaborarse una estrategia de
ventas para explotar las oportunidades descubiertas; por último, verificar si
su fuerza de ventas está en capacidad de ejecutar la nueva estrategia con
éxito. Recuerde que sólo hay tres maneras de incrementar las ventas, sea en
auge o en desaceleración económica: conquistar nuevos clientes, incrementar el
monto de compra e incrementar la frecuencia de compra
Lo
más probable es que su fuerza de ventas no esté a la altura de las
circunstancias. ¿Sabe por qué? Porque quieren seguir con el mismo enfoque que
les dio resultados en época de crecimiento y, probablemente, usted como
ejecutivo, también esté de acuerdo con sus vendedores: quiere seguir haciendo
las mismas cosas de antes. Definitivamente, su fuerza de ventas tendrá que
aprender a asesorar a sus clientes a cómo desarrollar sus negocios; sólo si
ellos crecen, crece también el proveedor. Recuerde, tiene que cambiar de
enfoque, agregar más conocimiento a lo que hace.
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