¿Por qué algunos cambios nos desorientan?
Cuando las marcas
japonesas de autos empezaron a ingresar a Estados Unidos, a finales de los 60,
los tres grandes fabricantes de Detroit menospreciaron el hecho. Miraron los
autos y los consideraron de baja calidad. Miraron el tamaño y pensaron que eran
pequeños. Miraron los motores y los consideraron poco potentes. Luego miraron
el tres por ciento de cuota de mercado y lo juzgaron ridículo e insignificante.
Sabían lo que eran las importaciones, pero demostraron no saber lo que
significaban. Miraron, pero no supieron ver; oyeron, pero no supieron escuchar
lo que realmente estaba ocurriendo en el mercado.
¿Qué fenómenos
estaban ocurriendo que señalaban cambios significativos? Las empresas
automotrices estadounidenses, ignoraron a los clientes que compraban esos autos
japoneses y los europeos que luego se sumaron; nunca les preguntaron ni les
escucharon por qué adquirían esos autos. Se concentraron en sus propios
productos, en sus propios clientes, se aferraron a lo familiar y se durmieron
en sus laureles; se estancaron en una rutina comercial porque les era cómodo.
Pensaron que, la “fidelidad” de marca les iba a vacunar contra la invasión de
autos japoneses y europeos de mejor calidad.
¿Estamos atentos a
lo que está ocurriendo en lo demográfico, en cuanto a cambios en los
porcentajes por rango de edad; lo sociocultural, con sus cambios en valores y
expectativas de la población; la política económica, que favorece o promueve
ciertos sectores y ahoga otros y el nivel de ingreso que alcanza la población;
la ciencia y la tecnología, con sus innovaciones, creando y desapareciendo
sectores productivos; la política y lo legal, que regula y desregula sectores
económicos? Seguir meticulosamente todo esto, nos informa sobre la aceleración
de los cambios, y el impacto que tendrán.
Cuando las empresas
se la pasan mirando hacia adentro de sus cuatro paredes, sus crisis internas,
sus conflictos interdepartamentales, su personal desmotivado, su desempeño
comercial no alineado a la estrategia, etc., durante mucho tiempo sin escuchar
lo que está pasando fuera, pierden el ritmo del mercado: siguen bailando un
rock and roll, cuando la música ya ha sido cambiada y está sonando una tecno-cumbia.
Entonces, la tarea
crucial es adquirir información de todo lo que viene aconteciendo en el mercado
y entorno en general; procesar esa información e interpretarla desde el punto
de vista de los clientes, no desde la óptica de la empresa; de lo contrario
estará actuando con los ojos vendados. Si la empresa quiere planificar sus
actividades en base a lo que ha venido ocurriendo en el pasado, lo hará en base
a un pronóstico. Pero, si se decide a construir futuro, tratará de hacerlo en
base a predicciones, desligándose de todo lo pasado y atreviéndose a innovar,
no sólo producto, sino su modalidad de funcionamiento.
En todo este
asunto, marketing y ventas tienen una gran responsabilidad. ¿Le gustaría que,
en el sector al que pertenece su
empresa, se repita la experiencia de las automotrices estadounidenses?
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