¿A qué estás apostando?


Me imagino que usted sabe jugar a los naipes, o conoce gente que sí lo hace, y lo hace muy bien; algunos son llamados tahúres. Los jugadores de póker acostumbran ver la vida en general como una especie de juego de naipes en la que tienen que aprender a hacer apuestas, luego de ver las cartas que les tocó y lo que han pagado por ver de los demás jugadores. Pero hacen una apuesta en la que intervienen intelectual y emocionalmente para lograr que los resultados sean tal como los esperan; es decir, hacen todo lo posible para que las cosas ocurran. No hacen una apuesta pasiva como en la compra de una lotería, o una apuesta hípica en la que, luego de comprar el o los boletos, solo se espera el resultado que depende del desempeño de un tercero, sobre el que no tenemos ningún control.

Así como el póker es un juego dinámico que hace que vaya cambiando nuestra actitud en la medida que se van mostrando y conociendo las cartas, igual es la actividad comercial; intervienen distintas fuerzas y tendencias que le van dando distinta forma al mercado en el que operamos. Además, en el mercado se da un equilibrio dinámico, que significa un activo y permanente reacomodo de los concurrentes, los competidores, que se ven afectados por los cambios ocurridos en las fuerzas y tendencias. La oferta y la demanda son las dos fuerzas principales que ponen en movimiento al mercado, por las decisiones que toman las empresas ofertantes y los consumidores.


¿Qué significa todo esto? Que las reglas de  las “apuestas en el mercado”, y de la actividad competitiva, cambian constantemente. No siempre tenemos toda la información mínimo necesaria para tomar correctas decisiones y diseñar una estrategia ganadora, ni todo el tiempo del mundo para elaborarla. Sin embargo, ya sea usted ejecutivo o vendedor de campo, usted está en la obligación de ampliar cada vez más el conocimiento que tiene del mercado y de las distintas fuerzas que operan dinámicamente en él. Principalmente, necesita conocer las “cartas” que van mostrando la oferta y la demanda, es decir, la composición de ambas. Mire bien las cartas que van saliendo y deduzca las que van quedando en la baraja y en manos de los otros jugadores. Mire el movimiento de los “ojos” de sus competidores, lo que le va indicando lo que tienen y lo que no tienen. ¿Se siente preparado para este dinámico y exigente juego?

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