Lo que se mantiene constante en la dirección de ventas
¿Qué tipo de
ideas-fuerza le sirven de faro iluminador, en su desempeño como ejecutivo?
¿Cómo es la naturaleza del ambiente comercial dentro del que usted y su empresa
actúan? ¿Usted toma decisiones de manera unidimensional, a la primera idea-solución
que le viene a la cabeza?
Si las ideas-fuerza
que nos iluminan el camino de nuestra práctica son principios, las probabilidades de tener éxito en lo que emprendamos
comercialmente serán siempre altas. Por una sencilla razón: “los principios no
cambian, son eternos”; lo que podrá cambiar son las políticas, normas y reglas
que encuadran nuestro desempeño. En nuestro caso, es necesario conocer muchos
principios de ventas, y estar siempre dispuesto a aprender más principios. Como
ejecutivos, tenemos que asegurarnos que, nuestros vendedores también tienen un
mínimo de conocimiento de principios de ventas.
Es evidente que, el
entorno o ambiente comercial en el que tenemos que conseguir resultados es
altamente competitivo y turbulento. Lo más peligros de del entorno es que
siempre está cambiando; y seguirá cambiando, tanto los clientes como nuestros
competidores, la demografía, la economía, lo socio-cultural, lo político y
legal, así como la tecnología, que parece ser la que cambia más rápidamente que
las demás. Necesitamos una atención especial al cambio, ¿por qué?, porque: “el cambio nunca va a detenerse, será
eterno, es otra constante”. En lo comercial, hay que estar al tanto de los
cambios de los hábitos de compra y consumo de nuestros clientes.
Como ejecutivo,
nunca ejecute la primera idea o solución que le viene a su cabeza, para
resolver algún problema comercial en ciernes. Dedique tiempo a pensar otras
alternativas, como mínimo tres; pondere cada una de ellas, considerando dos
aspectos: su costo y su beneficio; evalúe la viabilidad técnica de cada una de
ellas y, recién se puede decir que usted va a tomar decisiones. Como se habrá
dado cuenta, dentro su nivel jerárquico o cargo, usted tiene la libertad de
elegir. En otras palabras, como ejecutivo tenemos que hacer un sabio uso del libre albedrío. Es el tercer elemento
que tampoco cambia, es eterno. Usted es libre de elegir el destino de los
resultados comerciales que espera obtener su empresa.
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