¿Gestión o dirección de ventas?
“¿Por
qué algunas veces hace uso del término ‘gestión’ y, en otras, hace uso del
término ‘dirección’, es lo mismo o hay diferencias?” En una ocasión, durante un
descanso en un curso de ventas para ejecutivos, que estaba dictando, uno de los
participantes me hizo esta pregunta. En ese incómodo momento tomé consciencia
de que, la mayoría de participantes no tenían muy clara la diferencia
conceptual y, yo no había hecho nada por resolver esa interrogante. Gestión y
Dirección, son dos cosas diferentes, que exigen distintas habilidades y
disposiciones, y que el ejecutivo tiene que practicar las dos en el día a día.
La pregunta es, ¿cuánto tiempo del día le dedicamos a hacer gestión y cuánto
tiempo a dirigir? ¿Está bien esa proporción?
Podríamos
atrevernos a afirmar que, la capacidad de
gestión es la más usada, durante casi un 99% del tiempo del día de un
ejecutivo de ventas. Se enfoca en el corto plazo. La excusa o pretexto es que
te gana y absorbe por completo el día la cantidad de formatos que se tienen que
llenar para la gerencia general, producción, contabilidad, cobranzas,
servicios, etc. La gestión de ventas se encarga de administrar todos los
procesos administrativos establecidos por la política comercial de la empresa;
su propósito es que nadie se salga del “camino”: presupuestos, normas y reglas
se cumplan, tal como la estrategia comercial y plan anual lo ha establecido. Recurre,
principalmente, a la búsqueda de la eficiencia, al menor tiempo, menor costo,
menor gasto.
La
capacidad de dirigir es la menos
usada; muchas, veces descuidada y no practicada por el ejecutivo de ventas. Se
enfoca en el mediano y largo plazo. Es la visión de futuro la que prevalece, en
el sentido de poder imaginar hacia dónde se dirige la empresa, cuáles serán los
resultados económicos que obtendrá, si es que sigue haciendo lo mismo que hace
hasta ahora. El ejecutivo de ventas tiene que ubicarse dentro de los planes
estratégicos de la empresa, para los próximos tres o cinco años, y pensar en la
organización de su área y equipo para construir
ese futuro. Ese futuro no sólo se conseguirá con una nueva forma de
organización y actividad; también será necesario que el ejecutivo actualice sus
conocimientos, así como sus vendedores. Las crisis que vendrán no serán el
problema; el problema será creer que con las ideas antiguas se podrá
superarlas.
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