Sun Tzu, aproximaciones sobre la función ventas
Aprender
a competir es un asunto de vital importancia para cualquier tipo de empresa,
específicamente, lo es tanto para el gerente general como para quien está a
cargo del equipo comercial y/o de ventas; saber competir, es el único camino
que conduce a la empresa a conseguir la supervivencia, la rentabilidad y el
crecimiento sostenido. Por eso, es indispensable estudiarla a fondo. Por lo
pronto, nos conduce a prestarle atención a dos temas de manera fundamental e
inmediata: 1) Basarse, en la medida de lo posible, en una estrategia comercial
inteligentemente elaborada; 2) Tener un equipo comercial, una fuerza de ventas
profesionalmente preparada, que ejecute convencida la estrategia de tal manera
que logre los objetivos planteados.
Toda
forma de competir descansa sobre una base de conocimientos, ideas, paradigmas y
creencias; estas ideas pueden provenir de la experiencia empírica del
ejecutivo, o tener un origen profesional, con un enfoque sistémico o metódico.
El conocimiento de cómo piensa, qué ideas y creencias tiene el ejecutivo de la
competencia, es de suma importancia para el estratega; pero no basta conocer su
inteligencia académica, también es importante conocer el temperamento y
carácter de dicho ejecutivo, es decir, su inteligencia emocional. La calidad de
la teoría, conceptos, ideas, creencias, estrategias, temperamento y carácter,
que guía nuestra actividad competitiva, se verá por los resultados que se
obtengan luego de haberlas puesto en práctica.
Son
muy pocos los ejecutivos que realmente se han puesto a pensar lo que significa
la función ventas para una empresa. La venta es una actividad esencial para
toda organización con fines de lucro; es el único medio a través del cual se
obtienen los ingresos para solventar los gastos y, por ende, las ganancias que
le son necesarios para supervivir, obtener utilidades y desarrollar. Por tal
motivo, la venta es un tema demasiado serio como para darle la responsabilidad
de la misma a un ejecutivo que no le ha dedicado el estudio y la reflexión que
requiere; peor aún si éste la lleva a cabo a través de vendedores empíricos, de
escasa preparación y pura improvisación. La experiencia es importante, pero no
es suficiente; también son necesarias herramientas conceptuales y los
principios.
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