Autoridad y liderazgo en ventas
Cuántas veces hemos escuchado historias y anécdotas sobre ejecutivos de ventas que, al enfermar por un prolongado tiempo o retirarse de la empresa, el equipo de ventas dejó de funcionar o colapsó porque él era el “genio”, era la solución de todo tipo de problema que se presentaba en su área. Era el tipo de ejecutivo que le decía a sus vendedores: “cuando no puedan cerrar una venta, pásenme la voz que yo lo hago”. Y así, todos vivían y trabajaban felices y contentos porque para ellos no había problemas, los problemas eran del jefe, ya que él los había acostumbrado a resolverlos. Y la gerencia general, así lo consintió; le parecía que el jefe también debía vender, y, ¡más que sus vendedores! Cuando un equipo o fuerza de ventas tiene un único “líder”, que centraliza toda la autoridad, el “poder” y la toma de decisiones, se enfrenta a otro equipo en el que se pone de manifiesto el liderazgo situacional, es decir, aparece un líder distinto cuando la situación competitiva así lo exi