La mente de un ejecutivo de ventas
En las permanentes
“guerras” que se libran en el mercado por adueñarse de un segmento o nicho en
particular, en las que tu empresa participa, los ejecutivos comerciales rivales
que cometen gravísimos errores, son generalmente derrotados precisamente por
eso y no debido a una misteriosa genialidad de tu parte. A su vez, tú venciste
porque calculabas y razonabas mejor
que los ejecutivos de las empresas rivales, con base en la rica información que
supiste obtener del mercado, de los clientes y de la competencia. Ganar en la
actividad competitiva, no tiene nada de mágico ni de receta de manual sobre
cómo hacerlo. Sólo hay capacidad de un cerebro que calcula y razona.
Si
alguien desea conocer qué hiciste para salir victorioso en esa contienda por un
segmento o nicho de mercado, te resultará muy sencillo explicarle a todo hombre
con sentido común, los cálculos, razonamiento y consideraciones que realizaste
para lograr dichos resultados. Para un ejecutivo de ventas verdaderamente
profesional, que conoce su negocio, sabe que, acertar una solución es algo que
concierne al cálculo racional y al saber, es decir, es algo totalmente
demostrable. Pero, si alguien calca y copia al pie de la letra lo que hiciste,
no obtendrá los mismos resultados, porque sus circunstancias internas
(conocimientos, experiencia, criterio, carácter, valores, liderazgo) no son
iguales a las tuyas.
¿Es
posible equivocarse en la premura de las acciones competitivas? Por supuesto
que sí; pero, por terquedad y ego, es muestra de una enorme torpeza insistir en
el mismo error después, cuando toda persona sensata puede comprobar los
cálculos y razonamientos mal hechos y demostrar la verdad. Las decisiones que tomamos a diario las
tomamos dentro de nuestras limitaciones naturales de base empírica: de
actividad pasada de la que no se ha aprendido nada; o son producto de nuestra
inteligencia cultivada conceptual-teórica (calcular y razonar correctamente).
Ocurre en cualquier tipo de decisión y en cualquier área de la empresa. Por eso
es importante pensar comercialmente.
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