¿Con qué cristales miras en ventas?
Nuestra tendencia a permanecer en la “zona de confort” nos induce a seguir viendo nuestro entorno como si se mantuviera estable, como si nada cambiara ni hubiera cambiado. Eso era lo que sucedía, relativamente, en el pasado, cuando el entorno y los mercados parecían no exigir cosas nuevas, sino recibir pasivamente todo lo que se les ofrecía y se había producido con mucha anterioridad. Durante los años 80, consecuencia de la arremetida japonesa a nivel del comercio mundial, se ingresó a una época de la mejora continua no sólo de productos, también de procesos, incluido el de ventas.
El entorno y los mercados de
la actualidad, en general, son muy diferentes; los cambios son muy frecuentes,
algunos con una rapidez inusitada, dejando productos en rápida y completa obsolescencia.
La práctica de la innovación de productos se ha expandido a sectores en los que
antes nadie imaginaba. Todo ha venido acompañado con el avance de la tecnología
digital y virtual, lo que acelera y acorta cada vez más los ingresos de nuevos
productos. Nuestros cerebros nos dicen esto, pero nuestros corazones están,
todavía, enamorados con la estabilidad y la inercia. A menos que los vendedores
cambien su modo de percibir y de pensar el entorno actual, tropezarán y caerán
vencidos.
¿Qué significa todo esto en
términos de la teoría de ventas y su práctica? En la actualidad, para que un
equipo de ventas logre excelentes resultados, sus integrantes tienen que
trabajar con más inteligencia, aprender a pensar comercialmente; hacer uso de
mucha información y agregar conocimiento a todo lo que hacen. Tienen que
actualizarse en tecnología digital y uso de medios virtuales. Necesitan ser
conscientes del papel que juega la innovación, y cómo aplicarla en ellos mismos
para innovar su conducta. Entonces, tienen que aprender a practicar las ventas
de calidad. La gran interrogante es si se tiene a la gente que pueda hacerlo.
¿Qué dice el gerente de ventas?
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