Inteligencia teórica e inteligencia práctica en la actividad de ventas
En
estos días de Navidad, estuve revisando un libro que había leído durante la
pandemia, la obra de José Antonio Marina, "La educación del talento"
y, me acabo de encontrar con un párrafo que contiene ideas que expresan lo que
estamos viviendo en estos días de cambios radicales en la tecnología digital y cambios
llenos de incertidumbre. Dice, Marina que, hay un tipo de inteligencia que está
por encima de todas las demás: la inteligencia práctica, que está orientada
hacia la acción y que su tarea es la más difícil, porque el tipo de problemas
con que se enfrenta son más complejos; yo le llamo
a este tipo de problema, “no estructurado”. Esta afirmación de Antonio Marino
tiene mucho que ver con la obra de Kant, “Crítica de la razón práctica”
Hay problemas teóricos y problemas prácticos. Para
los problemas teóricos se tiene una fórmula o método para resolverlos, por
ejemplo, los problemas matemáticos. Para resolver los problemas prácticos no
hay fórmulas ni método establecido, ni nadie se ha atrevido a crear dichas
fórmulas; por ejemplo, cómo hacer para que la chica que te gusta te acepte. Estos
problemas sólo se resuelven cuando ponemos el criterio en práctica, que suele
ser lo más difícil porque entran en juego una serie de elementos o factores desconocidos
y complejos; en el caso de la chica que te gusta, sus expectativas, sus
intereses, sus temores que son distintos a los tuyos. Los problemas a los que
se enfrentan los vendedores, ¿tienen fórmulas para resolverlos fácil y
rápidamente?
De hecho, los problemas de naturaleza comercial y
los propios de la actividad de ventas son problemas inherentes a las relaciones
entre personas, con diferentes necesidades e intereses, deseos y ambiciones. En
las transacciones y relaciones comerciales, el temor y la esperanza intervienen
de una manera incomprensible e inmanejable para muchos. ¿Qué inteligencia se
necesita para resolver los problemas propios de la actividad de ventas, la
inteligencia teórica o la inteligencia práctica? Me causa mucha extrañeza y sorpresa cuando veo y oigo a expositores
en cursos de ventas que pretenden resolver estos problemas aplicando
mecánicamente recetas o “fórmulas mágicas”, o creyendo que una charlita
motivacional puede cambiar la vida y resultados de los vendedores.
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