La pasión y el temor en las decisiones de compra
La gente que tiene
dificultades para tomar decisiones debería meditar el hecho de que los dos
aspectos de su inteligencia, lo académico y lo emocional, ya han tomado ciertas
determinaciones que son acertadas, o no, para cada caso en particular. Por lo
tanto, las opciones y propuestas comerciales que crea nuestra imaginación para nuestros clientes pueden ser correctas o no. Las
ciencias económicas nos dijeron que el ser humano, cuando se trata de
decisiones económicas, es racional. Bueno, las últimas investigaciones en el
campo de la neurociencia y la inteligencia emocional, desmienten dicha premisa.
Cuando el ser humano toma decisiones es, principalmente, emocional y afectivo;
la racionalidad la usó para evaluar las
alternativas de compra.
Los clientes, en todo momento se encuentran en estado de pasión o de temor, y a ambos siempre acompañándolos la esperanza; esto condiciona su tendencia a comportarse de un modo a
veces inesperado. La imaginación del cliente, es la que se encarga de darle magnitud a la pasión o al temor que
sienten. Cuánto amor, aprecio, consideración, rechazo, desprecio, odio; o, cuánto
temor de equivocarse, pánico, duda, sospecha. Ahora bien, como el cerebro se
encuentra en una de estas especiales condiciones de pasión o temor, depende de
la habilidad y actitud del vendedor para identificar en cuál de ellas se
encuentra el cliente y tratarlo adecuadamente. Recuerde, la gente compra porque
tiene necesidades o problemas por resolver. Entonces, apelando al temor, hágale
ver al cliente cuánto perderá o dejará de ganar si no le compra lo que usted le
está ofreciendo; o, cuánto ganará.
La importancia de
los cambios de estados emocionales del cliente, de pasión a temor o viceversa, es
entonces, de vital importancia si se pretende tener éxito en el intento de cerrar
buenos negocios con ellos. Esto sólo será posible, por una parte, del
conocimiento cada vez mayor que vamos adquiriendo sobre el comportamiento de los
clientes en general, o de nuestros clientes en particular. Por otra parte, de
las reflexiones teóricas y conceptuales sobre nuestras propias capacidades que
hemos logrado cultivar y desarrollar; dicho de otra manera depende de nuestro
bagaje cultural que, hemos llegado a cultivar en base a nuestro propio esfuerzo
de aprendizaje, no en lo que nos han enseñado. Es un asunto interno, no externo
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